Adolescentes menos inteligentes: una generación más frágil
El coeficiente intelectual de los adolescentes británicos es menor que hace 30 años.
Adolescentes menos inteligentes: una generación más frágil
Los chavales ingleses de 14 años tienen un coeficiente intelectual 2 puntos menor que en 1980. Y en la mitad superior de la escala de inteligencia, donde suele haber sobre todo chavales de clase media, el resultado es peor: su coeficiente intelectual es 6 puntos menor.
El profesor James Flynn, de la Universidad de Otago, Nueva Zelanda, lleva años midiendo el coeficiente intelectual de diversas edades y en diversos países industrializados, y hasta ahora veía un crecimiento sostenido en todas ellas, basado siempre en mejor educación y condiciones... Es la primera vez que se registra un bajón en el coeficiente intelectual.
Los niños ingleses aún tienen resultados buenos: suben medio punto de media cada año. Pero los adolescentes han bajado en picado, según el estudio, publicado en la revista Economics and Human Biology.
"Parece que hemos mejorado el entorno cognitivo de los niños, pero no el de los adolescentes", dice Flynn. Otra posibilidad que apunta es que los padres tienden a incentivar la actividad intelectual de los niños, pero al crecer, los adolescentes pasan más tiempo con los colegas o los videojuegos y la TV, hacia la cultura visual, que no estimula el pensamiento, y eso se refleja en el coeficiente intelectual. Los padres estimulan la inteligencia, los colegas no.
El autor especifica que leer y mantener conversaciones exigentes ayuda a fortalecer el coeficiente intelectual, mientras que una comunicación fragmentaria basada en mensajes de texto y e-mails simples produce una reducción temporal de la capacidad intelectual. Por supuesto, el consumo de hachís es dañino para el coeficiente intelectual: baja una media de 4 puntos. Flynn niega que la alimentación sea un factor importante en el coeficiente intelectual.
El profesor sospecha también que la cultura de "grupo adolescente rebelde", que en el Reino Unido estaba más extendida en las clases bajas, ahora se extiende por las clases medias y altas, y eso también reduce la capacidad intelectual.
Richard House, un experto en educación terapéutica de la Universidad de Roehampton, consultado por el "Daily Telegraph", cree que la causa no solo radica en que los chavales leen menos libros que los niños o los adolescentes de décadas anteriores, sino que además los profesores hoy enseñan sólo "para aprobar el examen", y eso conduce a "una disminución de la capacidad de pensar de formas laterales".
La Dirección Espiritual de los Adolescentes y Jóvenes.
Son críticos y rechazan cuanto les parece mal en sus mayores, aman y admiran a sus formadores auténticos
La Dirección Espiritual de los Adolescentes y Jóvenes.
Dentro de las tareas de la mujer consagrada, especialmente de la que tiene como misión pastoral atender a las adolescentes y jóvenes, pueden servirle las siguientes reflexiones.
Si se ha dado una formación espiritual adecuada y permanente en la niñez y en la pre-adolescencia, por lo general nos encontraremos con adolescentes o jóvenes deseosos de conocer los medios que le pueden llevar a la autenticidad y a la vivencia coherente de su fe. Si por el contrario, no han tenido esta formación, deberemos estimar en su justo valor las ventajas y desventajas ofrecidas por estas etapas para llevarles a encontrar el sentido de su vida a la luz de la fe.
Por una parte, su juventud les propone ideales y deseos de transformar la sociedad. Buscan y necesitan modelos, y el mayor que podemos presentarles es Cristo. Son críticos y rechazan cuanto les parece mal en sus mayores, aman y admiran a sus formadores auténticos. Necesitan ser vistos con esperanza y sentir que se confía en ellos.
Por otro lado, los medios de comunicación social no dejan de bombardearlos continuamente con anti-valores, y ello se refleja en:
1) Frialdad e inmadurez en la vivencia religiosa, a lo cual sigue la huida de todo compromiso y esfuerzo espiritual.
2) Deseo y búsqueda de una libertad mal entendida.
Cuántas mentes juveniles vegetan en la penumbra, en el crepúsculo, en una incertidumbre penosa. Se creen libres, porque no están sujetos a nada; se creen inteligentes porque someten todo a discusión; se creen grandes, porque tienen la enfermedad de la duda que les desvincula de toda solidaridad en el diálogo con los demás y con sus propias certezas, y todo porque no conocen ni tienen a Cristo
3) Poner el valor personal en lo que se tiene, o en lo que se hace, y no en lo que se es.
Hemos visto con pena cómo otros muchos no encontraban el sentido de sus vidas. Optaban y siguen optando por otros caminos fáciles que no conducen ni a la realización completa del hombre ni a su eterna salvación: acumular riquezas, dejarse arrastrar por placeres efímeros o vanidades mundanas, adquirir prestigio o poder. Por desgracia, un buen número de jóvenes, se siente como encandilado por todos estos ofrecimientos de una sociedad cada vez más materialista. Muchos de ellos, desengañados de todo, emprenden la fuga hacia la droga, el sexo o el alcohol arruinando su existencia y vendiendo su felicidad por un plato de lentejas.
4) Sed espiritual pero, miedo al compromiso. Pueden sentirse atraídos a sectas y modas pasajeras.
5) Conciencia poco formada o deformada.
Comenta un conocido teólogo suizo: “El joven quiere ser distinto de los demás, aspira a lo sublime y a una mayor libertad, pero se viene abajo, se queda rezagado por detrás de su ideal y poco a poco se resigna también a ser “uno más”.( Hans Urs von Balthasar, Tu coronas el año con tu gracia. Encuentro Ediciones. 1997, p. 235).
Puntos claves en la dirección de los adolescentes y jóvenes
a) El orientador debe tener liderazgo humano y espiritual; así será admirado y aceptado por el adolescente.
b) El orientador debe volverse un amigo para el adolescente o el joven, mostrando verdadero interés por su persona. Debe «hablar su idioma»; no comportarse como adolescente porque perdería ascendencia, pero sí mantenerse cercano, compartiendo sus intereses, sus problemas, sus inquietudes, sus dificultades.
c) Formar su conciencia, su voluntad, sus sentimientos. Darles las herramientas necesarias para transformarse en adultos maduros y coherentes.
Nos toca vivir en una época en la que es muy fácil la desorientación de los criterios morales y éticos. En efecto, estamos asistiendo a una desorientación gigantesca de la conciencia individual y social, hasta el punto de que a muchos les resulta difícil distinguir los límites de lo bueno y lo malo... Por ejemplo, nunca como hoy ha sido el hombre tan sensible a su libertad y nunca ha hecho peor uso de ella: así por un lado escribe una carta de los derechos humanos, y, por otro los suprime de raíz por el aborto, la eutanasia... Por un lado proclama a los cuatro vientos la propia madurez, y, por otro, adopta como pauta de comportamiento normas tan volubles como la opinión pública, los eslogans de moda y los modelos culturales y sociales del momento
d) Presentarles ideales altos, proponerles retos adecuados pero exigentes a la vez, siempre motivando y acompañando. Darles metas concretas a corto, mediano y largo plazo para que ellos puedan observar los logros y avances.
e) Salir al paso cuando no puede o no sabe abrirse por sí mismo. Hacerse el encontradizo, buscarlo. No podemos conformarnos y esperar sentados a que vengan por sí mismos.
Aquí sería bueno preguntarnos: ¿conocemos "por su propio nombre" a cada joven que nos ha sido confiada? ¿Ha llegado a establecerse un diálogo cordial, ha tenido lugar una apertura total por parte de ella? ¿O el que no haya quitado todas las barreras que celan su intimidad no se deberá a alguna desatención por parte nuestra? ¿Hemos sabido crear una atmósfera de confianza en torno a ellas? ¿No se habrán sentido rechazadas y heridas jóvenes dotadas positivamente de sensibilidad fina y de aspiraciones espirituales elevadas, ante nuestro modo de ser quizá desatento, falto de tacto, no siempre equitativo o auténtico en nuestras funciones como formadoras? Antes de apelar al sentido de fe, facilitémosles las cosas esforzándonos sinceramente por vivir nuestro estatuto de cortesía, delicadeza, deferencia, atención, sentido de justicia, equidad y objetividad en nuestros juicios y de serenidad en nuestras decisiones. La directora espiritual es a la vez mujer de Dios, maestra, madre, amiga y hermana que sabe acoger, escuchar, comprender y, sobre todo, al caso, salir al paso y ofrecer ocasión para el encuentro cuando el alma atribulada no puede, no sabe o no se atreve a abrirse por sí misma.
f) Ayudarle a hacerse independiente del grupo o la presión social, a tener sus propios valores y normas de conducta y a ser coherente cueste lo que cueste para no resignarse a ser uno más.
g) Motivar constantemente.
h) Fomentar la amistad con Cristo. Un punto esencial en la dirección espiritual de la joven se dirige a llevarle al descubrimiento de un Dios personal, Creador y Padre; a Jesucristo, Redentor y Amigo; y al Espíritu Santo, el mejor Socio en la lucha por ser santas. Lograr en ella una opción por Cristo como centro, criterio y modelo de su vida, y una actuación en su vida de acuerdo a sus convicciones. La meta será buscar alcanzar el amor a la vida de gracia, el cultivo y la defensa de la misma como expresión de su relación de amistad con Cristo. También la orientadora debe despertar y orientar una sana y fervorosa devoción a la Santísima Virgen María. Entre la adolescente o joven y María debe existir una relación llena de detalles, de ternura, de admiración, de oración; en una palabra, el amor y la confianza de una hija para con su madre. Esta espiritualidad Mariana, si es verdadera, conducirá a la imitación de sus virtudes.
i) Llevarles a entender la verdadera libertad y su correcto uso. Confrontarlos con modelos atractivos de los hombres más libres: los santos.
Necesitan claridad ante la confusión que les provoca la aparición de nuevas tendencias. Necesitan explicaciones que les ayuden a entenderse a sí mismas y los cambios que se van operando en su personalidad. Necesitan el acompañamiento de la educadora que les corrija y advierta de los peligros con suficiente anticipación. Y necesitan estar cerca de Jesús por medio de la frecuencia de los sacramentos y de experiencias fuertes que les motiven y les refuercen la vivencia de la fe cristiana.
Algunos de los puntos prácticos sobre los cuales debemos trabajar para apoyar un correcto uso de la libertad, quedan mencionados a continuación
• Acostumbrarlos a proceder por razones fundadas, no por imitación o comparación.
• Enseñarles a distinguir entre el bien y el mal, basándose en la moral cristiana, en el ejemplo y doctrina de Jesucristo, tal y como se encuentra en el Evangelio interpretado por el Magisterio.
• Hacerles reflexionar sobre sus propias decisiones, acostumbrándoles a asumir las responsabilidades y consecuencias derivadas de sus opciones.
• Provocar en ellas un modo de actuar libre, por cuenta propia, y no como fruto de una conducta masificada, en base a ideas o costumbres de moda.
• Darles oportunidad de responsabilizarse en cosas pequeñas y grandes, dándoles confianza y seguimiento.
• Formar su voluntad a través del esfuerzo constante y del sacrificio, fomentando el dominio y el autocontrol.
• Hacerles distinguir entre sentimientos y actitudes, y entre estados anímicos y realidad.
• Centrar y orientar a la joven, pero sin cortarle las ilusiones e ideales, ni limitar sus posibilidades. El idealismo llena estas etapas de la vida, y la orientadora espiritual, por el simple hecho de ser mayor y más realista, puede parecer ante la dirigida como un pesimista que no valora sus planes y proyectos.
En la dirección espiritual de la adolescente se revisarán los compromisos o propósitos de vida espiritual, de su formación humana, de sus deberes de hijos, de hermanos, de amigos, de estudiante, etc. Sus relaciones con el prójimo. También:
El compromiso de la dirección espiritual anterior.
El tema de su formación académica y disciplinar en el colegio o en la universidad.
Su vida familiar, invitándole siempre a crecer, pero sin ponerse en contraste con sus seres queridos, pues son etapas de frecuentes conflictos con la autoridad de los papás.
El tema del apostolado, tanto a nivel de equipo, como el apostolado del testimonio. En donde quiera que se encuentre debe vivir con coherencia y autenticidad su propia fe.
Ayuda repasar las virtudes humanas y cristianas, en especial la caridad, la obediencia, la pureza, la humildad y el celo apostólico.
Siempre se le ha de motivar para la vivencia perseverante de su vida de gracia y la recepción de los sacramentos de la Confesión y de la Eucaristía.
Muchos adolescentes o jóvenes no cuajan, se pierden, o por lo menos no alcanzan el compromiso o grado de entrega al que Dios nuestro Señor les llamaba, por falta de la ayuda necesaria. Necesitan ayuda para hacer crecer la semilla sembrada por Dios en su alma, y así llegar a dar frutos. Esto se logra si la directora espiritual se mantiene cercana a ella y le sabe orientar en modo oportuno y motivador
El comportamiento Violento en niños y adolescentes
Hay una gran preocupación por la incidencia del comportamiento violento entre niños y adolescentes. Este complejo y perturbador asunto necesita ser cuidadosamente entendido por padres, maestros y demás adultos.
El comportamiento Violento en niños y adolescentes
Los niños acostumbran a mostrar comportamientos violentos desde bien pequeños. Los padres y otros adultos que presencian este tipo de comportamiento se preocupan por el niño, pero por lo general, "esperan que lo supere al crecer". Hay que tomarse muy en serio el comportamiento violento de un niño, independientemente de la edad que tenga. No debemos minimizar el problema diciendo que "está pasando por una fase".
La violencia en niños y adolescentes puede incluir una amplia gama de comportamientos: arrebatos de ira, agresiones físicas, peleas, amenazas o intentos de herir a otros, pensamientos homicidas, uso de armas de fuego, crueldad con los animales, encender fuegos, destrucción intencional de la propiedad, vandalismo, etc.
Factores que aumentan el riesgo de la violencia
Muchas investigaciones han llegado a la conclusión de que hay una combinación de factores que lleva a un aumento en el riesgo del comportamiento violento en niños y adolescentes. Estos factores incluyen:
•Comportamiento agresivo o violencia previa.
•Ser víctima de un abuso físico y/o sexual.
•Exposición a la violencia en el hogar.
•Factores genéticos (hereditarios de la familia)
•Exposición a la violencia en los medios de comunicación (televisión, radio, etc.).
•Uso de drogas y/o alcohol.
•Presencia de armas de fuego en casa.
•Combinación de factores de estrés socioeconómicos de la familia (pobreza, carencia de medios, etc.)
•Separación matrimonial, divorcio, padre/madre soltero, desempleo, falta de apoyo por parte de la familia, etc.
•Daño cerebral debido a heridas en la cabeza.
¿Cuáles son las "señales de alerta" de la violencia infantil?
Los niños que presentan el siguiente tipo de comportamiento deben ser cuidadosamente evaluados y los padres y maestros tienen que tener cuidado de no minimizar este tipo de comportamientos:
•Ira intensa.
•Ataques de furia o pataletas.
•Irritabilidad extrema.
•Impulsividad extrema.
•Frustración fácil.
¿Qué se debe de hacer si el niño muestra un comportamiento violento?
Cuando un padre u otro adulto se preocupa por el comportamiento de su hijo, tiene que seguir los pasos necesarios para llevar al niño a que se le haga una evaluación completa y comprensiva por un profesional de salud mental cualificado. El tratamiento a tiempo por parte de un profesional puede ayudar y tiene como objetivos ayudar al niño a controlar su ira, expresar su frustración y su enfado de manera apropiada, asumir responsabilidades por sus acciones y aceptar las consecuencias. Además, se tienen que tratar los posibles conflictos familiares, escolares y demás.
¿Se puede prevenir el comportamiento violento infantil?
Las diversas investigaciones demuestran que la mayor parte del comportamiento violento se puede reducir o impedir si se reducen o eliminan los factores de riesgo enumerados arriba. Lo más importante es que se reduzca al máximo la exposición del niño o adolescente a la violencia en el hogar, la comunidad y los medios de comunicación.
Es evidente que la violencia genera violencia. Para reducir o prevenir el comportamiento violento se pueden utilizar las siguientes estrategias:
•Prevención del abuso infantil (a través de programas sobre la crianza de los niños, apoyo a la familia, etc.).
•Educación sexual y programas para enseñar a los adolescentes a criar a los niños.
•Programas de intervención temprana para niños y jóvenes violentos.
•Supervisión de la violencia que ven los niños en los programas de televisión, vídeos y películas.
Depresión juvenil; Depresión de adolescentes
La depresión puede ser una respuesta transitoria a muchas situaciones y factores de estrés
Depresión juvenil; Depresión de adolescentes
Es un trastorno que se presenta durante los años de la adolescencia y se caracteriza por sentimientos persistentes de tristeza, desánimo, pérdida de la autoestima y ausencia de interés en las actividades comunes.
Causas, incidencia y factores de riesgo
La depresión puede ser una respuesta transitoria a muchas situaciones y factores de estrés. Este estado es común en los adolescentes, como consecuencia del proceso normal de maduración, del estrés asociado con éste, de la influencia de las hormonas sexuales y de los conflictos de independencia con los padres.
También puede ser una reacción a un suceso perturbador, como la muerte de un amigo o pariente, la ruptura con la novia o novio o el fracaso en la escuela. Los adolescentes que presentan baja autoestima, que son muy autocríticos o que perciben poco sentido de control sobre los eventos negativos presentan un riesgo particular de deprimirse cuando experimentan eventos generadores de estrés.
A menudo es difícil diagnosticar la verdadera depresión en adolescentes debido a que su comportamiento normal se caracteriza por variaciones del estado de ánimo, con períodos alternos de "el mundo es un sitio maravilloso" y "la vida apesta". Estos estados de ánimo pueden alternar en períodos de horas o días.
Por otra parte, la depresión persistente, el rendimiento escolar inestable, las relaciones caóticas con familiares y amigos, el abuso de substancias y otros comportamientos negativos pueden indicar un episodio depresivo serio. Estos síntomas pueden ser fáciles de reconocer pero la depresión en los adolescentes, con frecuencia, se manifiesta de formas muy diferentes a estos síntomas clásicos.
El exceso en el dormir, cambio en los hábitos alimenticios, incluso el comportamiento criminal (como el hurto) pueden ser signos de depresión. Otro síntoma común de la depresión adolescente es una obsesión con la muerte, que puede tomar la forma ya sea de pensamientos suicidas o temores acerca de la muerte y del mismo hecho de morir.
Por lo general, la enfermedad depresiva prolongada comienza en la adolescencia o los años de adulto joven. Alrededor del 15 al 20% de los adolescentes en Estados Unidos ha experimentado un episodio severo de depresión, que es similar a la proporción de adultos que sufren de depresión.
Las niñas adolescentes presentan el doble de posibilidades de experimentar depresión que los niños. Entre los factores de riesgo se encuentran eventos de la vida generadores de estrés, en particular la pérdida de un padre por muerte o por divorcio, abuso infantil, atención inestable, falta de habilidades sociales, enfermedad crónica y antecedentes familiares de depresión.
Síntomas
Estado de ánimo depresivo o irritable
Mal genio, agitación
Pérdida del interés en las actividades, apatía
Disminución del placer por las actividades diarias
Incapacidad de disfrutar de actividades que solían ser placenteras
Cambios en el apetito, por lo general pérdida del apetito pero a veces aumento del mismo
Cambios de peso (aumento de peso o pérdida de peso involuntaria)
Dificultad para conciliar el sueño o para permanecer dormido (insomnio) persistentes
Somnolencia diurna excesiva
Fatiga
Dificultades para concentrarse
Dificultad para tomar decisiones
Episodios de pérdida de la memoria (amnesia)
Preocupación por sí mismo
Sentimientos de minusvalía, tristeza o desprecio hacia sí mismo
Sentimientos de culpabilidad excesivos o inapropiados
Comportamiento inadecuado (incumplimiento de toques de queda, actitud desafiante poco común)
Pensamientos sobre suicidio o miedos o preocupaciones obsesivos sobre la muerte
Planes para cometer suicidio o intentos reales de suicidio
Patrón de comportamiento exageradamente irresponsable
Si estos síntomas duran por lo menos dos semanas y causan una significativa perturbación o dificultad para desempeñarse, se debe buscar tratamiento.
Signos y exámenes
Examen físico y exámenes de sangre para descartar que los síntomas tengan una causa médica (como por ejemplo, hipotiroidismo, embarazo y enfermedad renal).
Evaluación para verificar consumo de sustancias, como alcohol en exceso, consumo de marihuana y otras drogas pueden ser tanto causas como consecuencias de la depresión. Los antiguos procedimientos del tratamiento para la adicción se realizaban bajo la creencia de que la depresión era sólo un síntoma del uso, mas no una causa potencial, y por eso no se la trataba debidamente. Las investigaciones hoy en día demuestran que dichas prácticas incrementan el riesgo de reincidencia. Si se encuentran evidencias de consumo excesivo de sustancias, es preciso asegurarse de que la evaluación siquiátrica no se limite al diagnóstico y que continúe con la evaluación de la depresión y otros problemas siquiátricos potenciales.
Evaluación siquiátrica para determinar los antecedentes de tristeza, vacío o estado de ánimo irritable persistentes y la pérdida de interés o placer en las actividades normales. También es adecuada la evaluación para determinar otros posibles trastornos siquiátricos coexistentes (como ansiedad, manía o esquizofrenia).
Evaluación de los riesgos de suicidio/homicidio.
Información de familiares o personal de la escuela, la cual suele ser útil para identificar la depresión en los adolescentes.
Tratamiento
Las opciones terapéuticas para los adolescentes con depresión son similares a las de los adultos deprimidos e incluyen sicoterapia y medicamentos antidepresivos . Sin embargo, actualmente existe una advertencia de no administrar Paxil, un antidepresivo importante, a niños menores de 18.
La terapia de familia puede ser útil si los conflictos de familia contribuyen con la depresión. También puede ser necesario el apoyo de la familia o los maestros para ayudar con los problemas escolares. Ocasionalmente, se puede requerir la hospitalización en una unidad psiquiátrica para los individuos con depresión grave o que están en riesgo de suicidio.
A causa de los problemas de conducta que coexisten a menudo con la depresión adolescente, muchos padres se ven tentados a utilizar soluciones punitivas como "campamentos de entrenamiento para reclutas", "programas de aislamiento" o "escuelas de crecimiento emocional".
Estos programas, con frecuencia, utilizan un equipo que no es profesional y hacen uso de terapias de confrontación y castigos rudos. No existe evidencia científica que apoye el uso de estos programas. En efecto, hay un cuerpo de investigación cada vez mayor que sugiere que, en realidad, pueden lastimar a los adolescentes, en particular a los adolescentes sensibles con depresión.
Los adolescentes deprimidos que reaccionan también pueden verse comprometidos con el sistema de justicia criminal y a menudo se recomienda a los padres no intervenir, sino dejar que "ellos experimenten las consecuencias".
Infortunadamente, esto también puede lastimar a los adolescentes a través de la exposición a compañeros que los desvían más y a una reducción de las oportunidades educativas. Una mejor solución es obtener el mejor asesoramiento legal posible y buscar tratamiento por su propia cuenta, lo que les da a los padres un mejor control sobre las técnicas y opciones que se utilizan.
Aunque un gran porcentaje de los adolescentes en el sistema de justicia criminal presentan trastornos mentales, como depresión, pocas prisiones juveniles, "campamentos de entrenamiento para reclutas" u otros programas "alternativos a la prisión" brindan un tratamiento adecuado.
Expectativas (pronóstico)
La depresión usualmente responde al tratamiento. Sin embargo, en algunas personas puede ser una enfermedad que las acompaña durante toda la vida.
Complicaciones
El suicidio en los adolescentes se asocia con la depresión al igual que con muchos otros factores. A menudo, la depresión interfiere con el desempeño escolar y las relaciones interpersonales. Los adolescentes con depresión frecuentemente presentan otros problemas siquiátricos, como trastornos de ansiedad.
La depresión también se asocia comúnmente con violencia y comportamiento imprudente. Con la depresión también coexisten frecuentemente problemas como el consumo de drogas, alcohol y cigarrillo. Por lo general, los adolescentes con problemas siquiátricos adicionales requieren un tratamiento más prolongado e intensivo.
Situaciones que requieren asistencia médica
Se debe buscar asistencia médica si se presentan uno o más de los signos de un suicidio potencial.
Aunque no existe un tipo específico de personalidad suicida, se debe estar alerta ante los siguientes signos:
Retraimiento, con urgencia por estar solo, aislamiento
Mal humor
Cambios de personalidad
Amenaza de suicidio
Entrega de las pertenencias más preciadas a otros
¡Nunca se debe ignorar una amenaza o un intento de suicidio!
Prevención
Los períodos de estado de ánimo deprimido son comunes en la mayoría de los adolescentes. Sin embargo, las relaciones interpersonales de ayuda y las habilidades de adaptación saludables pueden ayudar a evitar que dichos períodos conduzcan a síntomas depresivos más severos. La comunicación abierta con el adolescente puede ayudar a identificar la depresión a tiempo.
El asesoramiento puede ayudar a los adolescentes a sobrellevar los períodos de estado de ánimo bajo. La terapia cognitiva del comportamiento, que enseña a las personas deprimidas a combatir los pensamientos negativos y a reconocerlos como síntomas y no como la realidad de su mundo, es el tratamiento no medicado más efectivo para la depresión. Se debe garantizar que los consejeros o psicólogos que se busquen estén capacitados en el uso de este método.
Es posible que los episodios de depresión no se puedan prevenir en adolescentes con fuertes antecedentes familiares de este problema o con múltiples factores de riesgo, pero la identificación oportuna y el tratamiento rápido e integral puede prevenir o posponer los episodios posteriores
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