Aborto y objeción de conciencia


Objeción de ciencia en la práctica médica
Por Natalia López Moratalla,

Cuando unas normas jurídicas pretenden obligar al profesional sanitario a realizar una determinada intervención (aborto, asistir a un suicidio, diagnóstico prenatal con fines eugenésicos...), se apela en muchos casos a la objeción de conciencia. Pero antes de plantear la regulación de este derecho, hay que preguntarse si no existe frente a estas normas conflictivas una «objeción de ciencia», basada en estrictos criterios médicos.


Una normativa que plantea al profesional un conflicto entre el deber de cumplirla y el deber de seguir su conciencia, tiene que ser revisada en sí misma, antes que tratar simplemente de regular el derecho a ejercer objeción de conciencia. Aquí entra en juego el deber que tiene todo profesional competente de dar las «razones de ciencia» que tiene para oponerse a cumplir la norma, sea cual sea su ideología y religión.

El aborto no es un acto médico. Es un hecho que los poderes públicos no han exigido el cumplimiento de la legislación sobre el aborto, al permitir que se haya realizado impunemente fuera de los supuestos despenalizados.

La solución jurídica no puede consistir en imponer un registro del personal sanitario de objetores de conciencia al aborto, y de esta forma poder cerrar puertas por sus convicciones al profesional que se niega a realizar tal prestación en un centro sanitario público.

La razón esencial que justifica la oposición del personal sanitario al aborto es que participar en la destrucción de la vida de un feto humano no es un acto médico.

Hace 23 años se podía pensar que tal vez, y en determinadas condiciones, un embarazo ponía de hecho en peligro la vida de una mujer y su salud física. Hoy no hay que recurrir al aborto para tratar las dolencias de la mujer embarazada. Hace 23 años se podía ignorar el peligro que el aborto supone para la salud mental de una mujer; hoy se sabe que el embarazo no genera un problema de salud psíquica en la gestante, mientras que su voluntaria interrupción ha creado ya un aumento espectacular del Síndrome Post Trauma, de graves consecuencias. Ya sólo el conocimiento del riesgo para salud mental de la madre es de por sí suficiente para justificar la objeción de ciencia del profesional sanitario al aborto.

El presupuesto incuestionable de que lo que le corresponde al médico es curar, y paliar lo que no pueda curar, hace que la eutanasia no pueda formar parte de las prestaciones exigibles al profesional sanitario. Es más, de hecho esta acción es un delito tipificado en el Código Penal (art. 143.4) como «delito de auxilio o colaboración en la muerte de otro». Nadie puede ser obligado a realizar un delito. La medicina del final de la vida se eleva entre dos fosos delictivos: la eutanasia directa, tanto por acción que cause la muerte como por omisión o interrupción deliberada de un tratamiento curativo necesario para la supervivencia del paciente; y el encarnizamiento terapéutico que lleva a aplicar tratamientos ya inútiles para la curación del paciente, tanto si son sencillos como sofisticados. La cuestión es si son útiles o son inútiles para curar.

En estos y en otros casos donde hoy se quiere convertir al profesional en ejecutor de prácticas no justificadas por razones sanitarias, es la ciencia médica la que eleva su objeción frente a una imposición ideológica.
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Pon un alto al estres


30 Tips anti-estres

1. Disfruta cada día.

2. Levántate a tiempo para empezar el día sin apuros.

3. Deja un poco de tiempo extra para hacer las cosas o llegar a algún lugar.

4. Aprende a decir que no a proyectos que no pueden introducirse en tu horario de trabajo o que comprometerían tu salud mental.

5. Delega tareas a personas capaces.

6. Simplifica tu vida.

7. Recuerda que menos es más.

8. Ordena tu tiempo. Dale más tiempo a grandes cambios o proyectos difíciles.

9. Organízate de tal manera que cada cosa tenga su espacio.

10. Escribe las cosas.

11. Todos los días encuentra un momento para estar a solas contigo mismo/a.

12. Haz suficiente ejercicio.

13. Aliméntate bien, con una dieta saludable y balanceado/a.

14. Bebe agua. Tu cuerpo se deshidrata cuando estás bajo estres, tensión ó ansiedad. Beber agua contribuye a la relajación.

15. Haz oración.

16. Descansa lo suficiente.

17. Toma un baño relajante.

18. Camina, ponte ropa cómoda y camina un rato. Una caminata al aire libre, de 10 a 30 minutos diarios, te ayuda a relajarte.

19. Lleva contigo algo para leer mientras esperas en colas.

20. Cultiva un hobbie o afición.

21. Sonríe.

22. ¡Ríe más fuerte!

23. Desarrolla una actitud tolerante; la mayoría de las personas tratan de hacer las cosas de la mejor manera posible.

24. Habla menos, escucha más.

25. Sé amable con las personas que no lo son; tal vez ellos lo necesitan más.

26.Rodeate de recuerdos lindos, enmarca tus fotos favoritas y colócalas en un sitio visible, pon frases positivas en lugares visibles.

27. Reduce el ritmo, aprende a disfrutar cada momento de tu vida.

28. Empieza a buscar amistad con gente feliz y no estresado/a.

29. Ve a dormir en el momento preciso. Duerme mínimo 7 horas

30. Todas las noches, antes de dormir, haz un examen de conciencia y un recuento de todas las cosas buenas que tuviste en ese día.
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Las oraciones del buen cristiano durante el día


Vida de oración
Autor: P. Octavio Ortíz de Montellano | Fuente: Escuela de la Fe. D.A.R.

Una tarea irrenunciable de toda formadora es ayudar a crear un auténtico hábito de oración, desde el noviciado.


Vida de oración
La vida interior y la vida de oración

Veremos a partir de ahora lo referente a la vida de oración y sacramental. Los muchachos cuando entran a un convento de clausura demuestran un sentido de reverencia por muy gamberros que sean. Esto porque las religiosa lleva como un alo de santidad que provoca esa reverencia por pare de la gente.




El amor por la oración

Una tarea irrenunciable de toda formadora es ayudar a crear un auténtico hábito de oración, desde el noviciado. La primera tarea es ser nosotras mismas mujeres de oración. (Anécdota del Papa que no era encontrado por ningún lado, hasta que lo encuentran en la capilla).Si vosotras sois mujeres de oración, Dios bendecirá a vuestras hermanas. Es muy bello practicar la maternidad espiritual, porque antes de hablar de Dios, hay que hablar con Dios, debemos temer a las personas que hablan mucho de Dios pero no hablan con Dios.

Instruir a nuestras religiosas sobre el valor de la oración: Desde los primeros pasos en la vida consagrada. A través de la oración se gusta a Dios y se encuentra confort espiritual.

Este medio de la oración debe ser aprovechado a fondo por la persona. Y la maestra de novicias, debe introducir a las novicias en este arte. Le hará gustar el meollo de la vida consagrada. Así se asegurará su perseverancia y el gusto por las cosas de Dios. Hay que tener mucha paciencia especialmente en los momentos de sequedad. Orar es ponerse a la escucha de Dios, esto se da de diversas maneras pues Dios no es percibido como las demás cosas. A Dios no lo vemos y no entra por los sentidos. Lo vemos con los ojos de la fe. Acercándonos a Él , sentiremos la necesidad de orar con más frecuencia. Los momentos de desolación pueden venir de la propia falta de lucha o de una permisión de Dios. Es común entre los jóvenes de hoy y las jóvenes, que tengan muy poco hábito de oración por el esfuerzo que conlleva. En ellos especialmente hay que formar el hábito serio de la oración, aunque por ello tienen más necesidad de una guía. Orad por ellas.

Hay que explicar bien la naturaleza de la oración: Debemos introducir progresivamente a las religiosas en al arte y en el ejercicio de la oración. Comenzando por qué es la oración, aunque lo sepan por experiencia personal. Adelante hay unas cuantas definiciones de oración:

Sta. Teresa de Lisieux. “Para mí la oración es un lanzamiento al corazón, una simple mirada al cielo, un grito de gratitud y de amor en la prueba como en el gozo”.

Sta. Teresa de Jesús: “la oración no es otra cosa que un acto de amor, una relación de amor y de amistad, un frecuente entretenimiento a solas con Aquel que sabemos que nos ama”.

San Juan Damasceno: “elevatio mentis in Deum. Una elevación de la mente a Dios”.

Santo Tomás de Aquino: “La elevación de la mente a Dios para alabarlo y pedirle cosas que nos lleven a la vida eterna”.

La oración es un diálogo íntimo con Dios que fortalece el alma. Y da razón de ser a nuestras vidas llevándonos a la voluntad de Dios. Es una renovación a partir de Dios. En ella hay que meter toda la persona: imaginación , sentimientos, corazón, voluntad e inteligencia. No es un tratado de teología, sino una experiencia con Dios. Es un diálogo íntimo con Dios amor.

Haremos bien explicando la diferencia entre el fervor sensible y el fervor resoluto. El fervor es la actividad permanente de perfección espiritual, Esta definición es importante y esconde el éxito de tantas almas. En la vida espiritual trabajar con pureza de intención es sinónimo de victoria, actividad permanente, disponibilidad total a Dios. Como el caso de Josefina Bakhita, una religiosa conversa del Sudan, que después de haber vivido terribles humillaciones, como la esclavitud, siendo religiosa durante más de cincuenta años en el Instituto di S. Maddalena di Canosa, fué testimonio de oración y de amor a los demás en Schio: fue cocinera, camarera, portera... Esto es fervor de toda una vida. El fervor puede ser sensible, si la voluntad va de acuerdo con gusto con el cumplimiento de la voluntad de Dios. El fervor es resoluto si falta el gusto sensible. Es importante explicar el papel que juegan los sentimientos en la oración, sobre todo a las jóvenes religiosas, que no oran pues no experimentan consolación, entonces creen que no están haciendo verdadera. “Quien ha comenzado la vida de oración, que no se retire”, solía decir Santa Teresa de Jesús, con determinación, porque la oración no consiste en sentir cosas bonitas sino es un diálogo con Dios.

Las dificultades de la oración

Las distracciones son las dificultades más comunes en la oración. A pesar de los esfuerzos, la imaginación se pone a volar. Apenas uno comienza a orar y a meditar, vienen a la mente miles de cosas pendientes. En ese momento parece que cualquier otra cosa es más importante. Esa lucha por no distraerse hace sufrir al alma. Hay que diferenciar las distracciones voluntarias de las involuntarias.

Otra dificultad es la aridez espiritual, por la que el corazón parece insensible a las realidades espirituales. Esto puede llegar en el noviciado una vez que han pasado las consolaciones de Dios, pueden venir en la vida religiosa madura. Es el momento para aplicar la fe y permanecer con Jesús en el apostolado o acompañar a Cristo en el huerto de los olivos. “Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, no puede dar fruto” (Jn, 12,24).

Debemos distinguir la aridez de la pereza. A veces nuestras jóvenes llaman aridez a lo que no es más que pereza y flojera. Con la pereza no hay lucha espiritual, no se recoge el alma. La persona huye del esfuerzo, se duerme, se asoma por la ventana... Esta situación deriva en la acedia.

Otra dificultad es la rutina o tibieza de alma. Con ella el alma va a la oración sin entusiasmo, sin fervor, parece la tarea más ardua. Es una dificultad peligrosa que ese puede convertir en un estado en el que se debilita el alma y pierde poco a poco la energía espiritual. Es como un enfermo que un día se debilita y deja de comer , hasta que muere y con ello la ruina de la vocación. Debemos combatir con esfuerza la tentación de la rutina y ayudar a las religiosas a no dejarse llevar y a no abandonar el camino de la perfección, sin dejar de vivir en profundidad su vocación de esposa de Cristo.

Un´ altra tentazione, alla quale la presunzione e la tiepidezza apre la porta, è l´accidia. Con questo termine i Padri della vita spirituale intendono una forma di depressione dovuta al rilassamento dell´ ascesi, ad un venir meno della vigilanza, alla mancata custodia del cuore. « Lo spirito è pronto, ma la carne è debole.

Finalidad de la oración

Adorar a Dios, como Creador, como Señor, reconocerlo como nuestro principio y único fin y adorarlo.

Agradecerle todos los beneficios que de él hemos recibido durente la vida.

Pedirle favores. Dios quiere que sintamos necesidad de Él, para que nos orientemos a Él con confianza.

Pedir perdón por todas las deficiencias en su servicio y por las ofensas.

Ofrecerle lo que somos. En la base de toda oración está siempre el concepto de ofrenda.

Los tipos de oración: introducir a las religiosas en los diversos tipos de oración

Oración vocal: En la vida común, la oración vocal es muy importante, expresa la unión de la comunidad con Dios a través de gestos, cantos, etc. Ayuda a formar la unidad en al comunidad, porque orar juntos es imitar a María y los apóstoles en el cenáculo con María. Oramos juntos las oraciones de la mañana, el ángelus, el rosario, los himnos y salmos, las oraciones de la noche. Lo importante es que las palabas expresen el deseo del corazón. ¡Qué bonito es orar juntos en el rosario con cantos!

Oración litúrgica Por nuestra vocación religiosa estamos llamadas a la santificación de cada momento de la jornada a través de la oración . Esta oración es la que hace la Iglesia y la dirige a Cristo como esposa. En ella se encuentra toda una catequesis bíblica, especialmente en los Salmos..

Meditación mental Hablaremos de la oración discursivo afectiva. Debemos introducir a las religiosas desde los primeros pasos. Ésta se realiza en particular sea en la capilla o en la propia habitación

Preámbulos Puede durar una hora o media según el reglamento de cada orden. Se hace al inicio del día para que marque el resto del día. Comienza con el canto del Veni Creator, para pedir ayuda al Espíritu Santo. Luego se hace un acto de presencia de Dios: “Señor, que estás aquí. Creo en Tí, espero en Tí, te amo sobre todas las cosas, Tú eres el amor de mi alma”. Es importante hacer un sincero acto de humildad. Dice el catecismo de la Iglesia católica: “La humildad es el fundamento de la oración” n. 2559. Cuando estamos delante de Dios nos debe invadir el estupor y exclamar: “Señor aléjate de mí, que soy un hombre pecador”. Si iniquitatis observaveris Domine, Domine quis sustinevit? Después de esto, pongamos en las manos de Dios el fruto de la meditación. Es importante para que a oración discurra con naturalidad.


El cuerpo de la meditación Luego de lo anterior de desarrollan los puntos de la meditación Si la meditación es discursiva: reflexiones, consideraciones. En la afectiva, vienen los coloquios, la conversación íntima con Dios. Un consejo es que la maestra de novicias haga la oración en voz alta, como la mamá en casa. La novicia descubre cómo se hace la oración y ya puede hacerlo por sí sola. Los puntos que se van a considerar, se toman de la Sagrada Escritura, del magisterio de la Iglesia de un buen libro espiritual. De los escritos de la fundadora o fundador, de los Padres de la Iglesia, etc. Debéis ayudar a las religiosas a encontrar buenos textos para la meditación, para que no caigan en autores que parecen católicos y no lo son. Debéis responder a Dios de cada consejo y cada orientación que habéis dado a vuestras hermanas.

Finalmente si hace un propósito acorde a los puntos que se han desarrollado y que vaya en sintonía con el fruto que se ha perseguido y por el que se ha pedido a Dios. Es bueno escribirlo para recordarlo durante el día.

Las otras partes de la oración son: la preparación remota, es una reparación durante el día por medio del silencio, el recogimiento, los actos de presencia de Dios, etc. Preparación próxima: el gran silencio durante la noche no ayuda a prepararnos a la oración. La preparación de los puntos constituye la preparación inmediata, al levantarnos debemos recordar y reflexionar sobre estos puntos.

La oración de la fundadora o del fundador.

Para las religiosas la oración de la fundadora o del fundador es una escuela de oración, Dios ha querido dar a cada congregación un carisma a través de una personal, los escritos, las cartas, las oraciones, son tesoros.. Los primeros maristas se ponían guantes para consultar los escritos de Marcelino de Champagnat, como ejemplo de veneración por los escritos del fundador.


Los institutos están invitados a proponer con esfuerzo la inventiva y la santidad de los fundadores como respuesta a los signos de los tiempos. Esta invitación era ante todo dirigida a la perseverancia en el camino de santidad. Invita también a encontrar un apostolado propio del carisma y con él ofrecer a la Iglesia la dinámica de la propia aportación. Para ello hay que adaptar el carisma a las necesidades de hoy en la fidelidad al mismo, renovando cuanto de renovable tenga. Es muy importante no alejarse de la inspiración de la Regla para mantenerse fieles a lo genuino del carisma. (ver Vita Consecrata n. 37).


38. La llamada a la santidad es acogida y debe ser cultivada en el silencio de la adoración delante de Dios. Debemos confesar que todos tenemos necesidad de este silencio. Debemos ser como Moisés que bajaba de la presencia de Dios irradiándola a quienes encontraba en el camino. Debemos buscar la fidelidad a los tiempos dedicados a la oración y a la contemplación a riesgo de convertirnos en robots, fieles a la adoración y al cultivo de la vida espiritual en nosotros, buscando los medios que vayan en esa línea como retiros mensuales, ejercicios espirituales, etc.

Necesitamos también recurrir a los ejercicios de piedad como la ascesis y la tradición espiritual de cada instituto. Éstos constituyen un excelente medio para el auténtico camino de santidad. La ascesis ayuda a dominar y corregir las tendencias de la naturaleza humana, herida por el pecado, es indispensable a la persona consagrada para seguir el camino de la Cruz de Cristo. Por ello también se debe conocer la sociedad moderna para responder a sus necesidades más profundas y ser ejemplo y fermento en la masa sin ceder a las tentaciones diabólicas que por todas partes nos acechan. Debemos cuidar siempre que el fervor no disminuya o dé paso al desánimo. Tampoco debe insinuarse un complejo de superioridad por la formación espiritual adquirida, respecto a otros fieles. Recordemos también que toda eficacia en el apostolado depende sólo de Dios y no del propio esfuerzo ni de los medios humanos, llevando el mensaje del Reino a todos, cualquiera que sea su condición social o espiritual. Es importante superar los nacionalismos. Y todo lo que vaya en esa línea que sea susceptible de ser purificado y elevado a la luz del evangelio. En el pasaje de la lucha de Jacob son el ángel, toda persona consagrada debe ver el esfuerzo ascético que se requiere para la fidelidad a la propia vocación y unión con Dios para dilatar el corazón y abrirlo apara acoger a los hermanos y al Señor.

El recogimiento

Estar tranquilo Superar todas las divisiones internas propias de la sociedad moderna y del ajetreo de la vida diaria con sus preocupaciones y pasiones. Es preciso alejar los deseos desordenados y retornar al Único que realmente importa. Recogerse es decirse a uno mismo “Ahora no tengo más cosa que hacer que orar durante los próximos minutos y quiero estar libre en este momento sólo para esto”. Las distracciones son lo más normal en una sociedad vuelta a lo externo, a la imagenito qualche altro pensiero. Pero por ello tiene necesidad de ser escuchado y de serenarse. En esas circunstancias parece que todo es importante y urgente por encima de la oración libro, un giornale, gli sembra più importante e la preghiera un puro perditempo. Entonces lo que hay que hacer es serenarse, ponerse en las manos de Dios. Recogerse significa vencer el engaño de que las cosas externas son más importantes y liberarse de las mil preocupaciones tontas, dando importancia sólo a Dios.


Estar presente es ser consiente de uno mismo y estar en presencia de Dios es tener la conciencia de que se está delante de Dios. La finalidad de estar en presencia de Dios es la de estar unido a Él. Implica estar despierto, es decir, con la clara conciencia de lo que uno está haciendo, en este caso consiente de que estamos en compañía de Dios.

El recogimiento no es un acto, sino una actitud del alma que se ha retirado para estar con el amado. No es fácil el recogimiento, sobre todo cuando desaparece el interés, después del primer empuje. Aquí hay que ser constantes no dejando el esfuerzo y motivándonos con razones espirituales y sobre todo no quedándonos en la dificultad sino yendo a los motivos últimos por los que estamos haciendo las cosas.


La oración debe comenzar con el recogimiento. Esto no es fácil porque implica romper con cualquier otra actividad por urgente o importante que parezca. Debemos estar sobre nosotros mismos para no dejarnos llevar por las distracciones.

Del recogimiento depende todo el resto de la oración. De ello depende el que saquemos fruto, pues el recogimiento es ya una oración. Debemos aprovechar las distracciones para convertirlas en oración


La Lectio Divina

Introducción

La palabra lectio divina se encuentra dos veces en el catecismo de la Iglesia Católica (nn. y 2708) la lectio divina consiste en la meditación de la Palabra de Dios, tomando un tema para su profundización. No es sólo una consideración, sino que busca la identificación total con Cristo.

La exhortación apostólica Vita Consecrata nos ofrece tres características de la Lectio Divina: favorece la meditación de la Palabra de Dios (n. 6) Es un medio por el que también se favorece el ecumenismo (n. 101):
94. La Palabra de Dios es la primera fuente de toda espiritualidad cristiana. Alimenta la relación personal con Dios vivo y con su voluntad santa y santificante. Por ello la Lectio Divina, desde el inicio de la vida monástica, ha sido altamente considerada. Gracias a ella la Palabra de Dios transforma la vida y proyecta a la persona a la luz del Espíritu Santo. Aunque toda la Sagrada Escritura es útil para enseñar, y fuente perenne de vida espiritual, sin embargo el Nuevo Testamento merece particular veneración y sobre todo los Evangelios, que son el corazón de toda la Escritura. Ayudará por ello a la almas consagradas, meditar continuamente los textos evangélicos, donde encontramos las palabas y el ejemplo de Cristo y de la Virgen María. A ellos se han referido siempre los fundadores y fundadoras en la acogida de la voluntad de Dios en sus vidas y para sus institutos.


La definición de la lectio divina

La lectio divina fue usada con bastante frecuencia junto con la lectio sacra en la literatura patrística de los siglos IV y V. San Jerónimo decía que el alma debe alimentarse todos los días con la Palabra de Dios y la lectio quedó desde el inicio incluida en la práctica monacal de la ascética y así se transforma en la fuente de la espiritualidad monacal.

La Lectio es una meditación y una lectura reflexiva de la Sagrada Escritura. Es divina porque incluye la Palabra de Dios y porque se trata de un coloquio con Él, en un diálogo entre dos: el alma y Dios.


Es una lectura de la palabra de Dios a través de la cual nos esforzamos por asimilar la sustancia, es una lectura que se hace en la fe, en el espíritu de oración, creyendo en la presencia actual de Dios en al alma a través del texto sacro, nuestra actitud debe er de obediencia y de una plena donación a las promesas y exigencias divinas.

Se parte de la lectura de la palabra de Dios, con calma, penetrando en el misterio. Luego viene un esfuerzo por asimilar la sustancia de esa palabra, aquí entran todas las facultades de la persona. Esta lectura se hace en la fe, no es una interpretación privada, va de acuerdo al magisterio de la Iglesia y de la tradición. Lejos de desarrollar una espiritualidad individualista, debe mirar a formar la comunión con los demás.


Esta reflexión se hace en un espíritu de oración, no es sólo una consideración intelectual de un acontecimiento, no es sólo un sentimiento o una emoción, sino una auténtica oración. Creyendo que Dios habla al alma a través del texto sagrado.. esto se funda en tres verdades:

Sentido de trascendencia de la Palabra de Dios. La convicción de que la Biblia es un libro vivo y: una visión unitaria de la Biblia que ve todos los acontecimientos convergiendo en Cristo.

Los criterios para la lectio

a) Es una lectura preparada con la ascesis.
b) Es una lectura dialógica. Es decir, consiste en un diálogo con Dios. Pues es Dios quien habla, no es una lectura de cualquier libro. En este diálogo se busca ante todo la voluntad de Dios en obediencia y disponibilidad absoluta.
La meditación. Con ella se trata de crear un espacio interior para la Palabra y se trata de escucharla con el corazón, a ejemplo de María, Conservabat omnia verba haec conferens in corde suo. Meditándolas en su corazón... buscando que la palabra de Dios llegue hasta lo profundo del ser modelando nuestra alma.
La oracióo consiste en la aceptación de la voluntad de Dios a través de la contemplación. La contemplación leva a la alabanza de Dios

La liturgia de las horas

El don de la liturgia de las horas

Todo el universo debe cantar un himno de alabanza a Dios Nuestro Señor. Todas las creaturas no humanas alaban asl señor de modo espontáneo. Al hombre le toca ser el director del corograndioso de creaturas, los hombres alabamos al Señor en nombre de todo lo creado. Aquí se manifiesta que el amor de Dos hacia nosotros es infinito.

Quis dat?
Cui dat?
Quo et quanta dat?
Quo amore e quo desiderio dat?
¿Quién da?
¿A quién se lo da?
¿Qué y cuantas cosas da?
¿Con cuánto amor y con qué deseo lo da?

Ante un amor así de grande y gratuito qué otra cosa puede hacer el hombre. Nunca podremos ensalzar a Dios como se merece. Por ello toda nuestra vida debe ser un cántico de alabanza a Dios por su infinita grandeza.


El ministro de la alabanza divina


Cuando recitamos la liturgia de las horas estamos alabando a Dios a nombre de toda la Iglesia como esposa. Este homenaje lo ofrecemos en nombre de Cristo, que ofrece a Dios un cántico nuevo. Deus canticum novum cantabo tibi, psalterio decachordo psallam tibi (Salmo 143) Quien recita la liturgia de las horas no lo hace, pues en nombre propio sino en nombre de la Iglesia y de Cristo que se dirigen al Psdre.

La belleza de la liturgia de las horas

El oficio, como lo hemos visto arriba es la alabanza de la Iglesia, cuerpo místico de Cristo a Dios por ello los salmos se convierten en vox Christi et voces spiritus sancti. Vox Ecclesiae.

Los oficios contienen:
Las mejores citas de la Sagada Escritura, que se van renovando cada año.

Las palabras de los Padres y Doctores de la Iglesia que comentan los misterios del año litúrgico.

La vida y las gestas de los más grandes héroes de la Iglesia.

Las oraciones más solemnes, más afectuosas y más devotas que podemos dirigir a Dios.

Gli inni più belli della Chiesa
La liturgia liturgia de las horas en una escuela de oración y de experiencia con Dios, y además de conocimiento de Él. Nos ofrece siempre un rico material para la oración y para la meditación de la mañana, para las reflexiones durante el día y para la lectura espiritual y para la predicación y la catequesis e incluso para la dirección espiritual. Y todo esto se nos ofrece cualquiera que sea el estado del alma, y el tiempo litúrgico del año.

Elementos de la liturgia de las horas

Los himnos, son composiciones líricas de la Iglesia que normalmente terminan con una doxología.

Los Salmos, son la voz de Cristo, de la Iglesia y del Espíritu Santo. Son pesados si se recitan sin recogimiento y sin reflexión.

Deben ser recitados elevando el corazón y los sentimientos como apoyo a la oración personal, tratando de sacar el mayor fruto de los mismos para la vida personal y para el apostolado.

Cánticos bíblicos, que no pertenecen a los salmos pero que provienen de la Sagrada Escritura.

Las lecturas, van en conformidad con el año litúrgico y son las que corresponden a la Misa. Son una actualización del misterio de Cristo y de la salvación.

Responsorios, con ellos la lectura se transforma en oración.

“Preces” Son oraciones conclusivas que sintetizan los sentimientos orantes y sirven de conclusión del oficio, expresan las diversas necesidades del hombre.

Silencio sacro, sirve para acoger la resonancia de la voz del Espíritu Santo, la persona ofrece su oración personal a la de la Iglesia.

Las horas litúrgicas

Invitatorio: Introduce la recitación del breviario.
Las laudes, se recitan en la mañana antes de las nueve, invitan a la consideración de la Resurrección de Cristo.
Oficio de las lecturas. Profundiza en los textos de la Sagrada Escritura y pueden ser recitados durante el día.
Hora media, guarda relación con la pasión de Cristo y hay tres momentos: la hora tercia, la hora sexta, la hora nona.
Vísperas, guardan relación con la última cena y con el misterio de nuestra salvación. Se hacen al atardecer, después de las cinco.
Completas. Antes de ir a dormir y guardan relación con Cristo colocado en el sepulcro.

Modo de rezar la liturgia de las horas

Dignamente.
Por razones del tiempo, distribuidos durante la jornada.
Por razones de lugar, donde sea posible el mejor recogimiento. Se concede indulgencia a quien la recita delante del Santísimo Sacramento. Atentamennte. Pronunciando bien las palabras sin omitir ninguna. Procurando entender el sentido, haciéndolo nuestro.
Teniendo la mente fija en Dios, conscientes de que son plegarias dirigidas a Dios.
Devotamente. Como una oración y no como una simple lectura. Despacio porque la prisa es un enemigo de la oración, como decía San Francisco de Sales.


Frutos de la liturgia de las horas

No hay que olvidar que somos personas consagradas y que todo en nosotros está consagrado a Dios, por un lado y por el otro que Jesucristo lo ha santificado todo por ello decimos “en Cristo, por Cristo y con Cristo”. Cristo se entregó totalmente a la humanidad acercándose plenamente a ella. En él el hombre queda elevado a un rango superior y con una nueva dignidad (Redemptor Hominis 11).
En la liturgia de las horas el hombre se santifica y realiza su vocación de consagrado. La Iglesia al rezar está sirviendo de medio para esta santificación. Se trata de que Cristo, permee toda la vida y recorra la vida con nosotros y nosotros su vida divina con Él. Con la liturgia de las horas el hombre cumple con la más alta misión que es la alabanz
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¿La Iglesia debe modernizarse?


¿Qué es la Iglesia?
Autor: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net

Hoy en día hay muchas iglesias y denominaciones que dicen ser los verdaderos seguidores de Cristo


¿Qué es la Iglesia?
Hoy en día hay muchas iglesias y denominaciones que dicen ser los verdaderos seguidores de Cristo. Sin embargo, en los inicios del cristianismo no era así. Había una sola Iglesia y todos los cristianos permanecían unidos bajo las enseñanzas de los apóstoles.





Hoy hablaremos de cuál es esta Iglesia, y para qué funda Cristo una Iglesia.

Hay personas que encuentran, muchas veces, a la Iglesia como un obstáculo, incluso reconocen que prefieren ir a la Iglesia sólo cuando lo sienten. Otros, sostienen que en la Iglesia católica hay muchas normas y prefieren dejarla. Y hay quienes alegan que ellos prefieren confesarse directo con Dios, o que tratan de acomodar los Mandamientos de la Iglesia según su conveniencia.


¿Por qué Cristo fundó una Iglesia?

Hay muchos cristianos que encuentran a la Iglesia como un obstáculo por las normas, las reglas y la estructura; creen que los asfixia y sugieren entonces vivir algo espontáneo, sin lineamientos. Pero, si lo pensamos bien, no podemos vivir un auténtico cristianismo sin la Iglesia fundada por Cristo.

Sin la Iglesia, el cristianismo se hace inofensivo. La Iglesia traduce el cristianismo en un cristianismo real. Sin la Iglesia, el Evangelio sería como cualquier libro o como una plastilina en donde cada quien modelaría su propio cristianismo, el que quisiera, como más le convenga o le guste, haciendo a un lado aquello que le desagrada y exige.

Hay personas que pueden decir que son católicas, pero que nunca van a Misa, que no se acercan a la Iglesia y sus sacramentos, o que están lejos del Papa y los sacerdotes, representantes de Cristo, y no se dan cuenta que justamente la Iglesia es al Católico como la tortilla a un taco (valga la comparación sencilla): sin la tortilla no hay taco, pues sin la Iglesia no hay cristianismo.

Es la Iglesia la que traduce al cristianismo en un compromiso real y que pone lo rieles de nuestro tren para que sepa hacia donde ir; no puede ser un estorbo para un verdadero cristiano. Es un estorbo sólo para aquellos que quieren vivir el cristianismo como les viene en gana, y que deciden hacerla a un lado y fundar su "iglesia propia".

Por ejemplo, el joven que se escapa de la escuela, que dice sentirse muy feliz y contento por que no hay quien le exija, aún cuando sabe que su deber es estar estudiando; sólo se engaña a él mismo. Pues en nuestra religión, es la Iglesia la que nos pone las normas, la que hace que el cristianismo sea compromiso, la que nos motiva e impulsa a seguir, la que responde nuestras dudas, la que nos señala por donde ir, que nos da un espíritu de lucha, de superación, de esfuerzo, de exigencia, reto y autoconquista para transformarnos en otro Cristo.

Es gracias a la Iglesia que sabemos que lo importante no era tener el cabello largo, usar sandalias, y traer túnica para ser católico. Sin la Iglesia, el cristianismo no hubiera pasado de ser el club de amigos de Jesús de Nazaret. Fue la Iglesia la que propagó, perpetuó y creó ese movimiento de fe, amor práctico y compromiso de vida. Para eso Cristo creó su Iglesia para que perpetuar a lo largo del tiempo su mensaje.


¿Por qué, a veces, estorban las normas de la Iglesia?

La única respuesta es por falta de amor. Por ejemplo, cuando tu amas a una persona estás dispuesto a hacer todo lo que ella te pide: hasta te sacas diez en el examen, o hasta te cae bien tu suegra. Dejas todo por corresponder a ese amor que te tienen, cumples con tus responsabilidades y hasta dejas el partido de fútbol por estar con esa persona.

Cuando se ama, aún el gesto más sencillo, un pequeño detalle lo sabemos apreciar. Si decimos ser cristianos y amar a Cristo, ¿por qué entonces no sabemos apreciar lo que Cristo hizo por nosotros al dejarnos concretamente, y sin fallas, todo lo que quiere que hagamos y como hacerlo?

Hay veces en que apreciamos más un detalle que nos brinda un desconocido, que el gran regalo que nos tiene Cristo; y hasta lo dejamos a un lado con el moño puesto.

Cuando hay amor no dejas a Cristo abandonado con los brazos abiertos por que te pidió que hicieras ciertas cosas: te das por completo aceptando las normas y condiciones. Como cuando una pareja se va a casar, la novia no puede pensar "me caso contigo y te entrego toda mi vida incondicionalmente, pero yo no plancho, ni lavo, ni hago de comer". Cuando amas lo das todo sin límites, y aceptas los requisitos sin límites.

Cristo fundó una Iglesia y estableció una jerarquía a ser respetada (El Papa, los Obispos); puso unas leyes y normas para que no estuviéramos cada año, cada tiempo y cada moda re-inventando la Iglesia, sino para que vivamos en la Iglesia como Él quiso, por amor a ella y así, formemos con ella un sólo cuerpo en Cristo.


¿Qué significa Iglesia?

Iglesia quiere decir "comunidad convocada". En este caso, convocada por Cristo.

Cristo dio ciertas características a la Iglesia para que la distinguiéramos como la verdadera. Entre estas características está la unidad.

En primer lugar, unidad de fe, que se muestra por el Credo que rezamos todos los Domingos, que es el mismo que rezaban los apóstoles y describe en pocas palabras en qué creemos como católicos.

En segundo lugar, unidad de comunión, pues formamos una sola Iglesia en todo el mundo, en donde nuestro jefe, nuestro rey es Cristo, y su vicario, la cabeza visible de la Iglesia es el Papa. Es la misma en todas partes del mundo, ya sea en Cuba, en México, o en España. Igual que en los primeros tiempos, en donde existía la misma Iglesia en Filipo o en Corintio. Unidad de comunión, también porque comemos del mismo pan y formamos un mismo cuerpo (Hechos 2:42).

Es necesario que colaboremos en esta unidad, que estemos unidos entre nosotros, unidos entre los grupos sin que haya divisiones, y después, estos grupos unidos al sacerdote; y él, a su vez, al obispo y al Papa. Y así, dar testimonio verdadero de que somos la Iglesia de Cristo y que en nosotros se cumple ese deseo de Cristo, la unidad. Esta es una característica que nos distingue a los católicos.

La Iglesia es llamada, también, Cuerpo Místico de Cristo, en donde Jesús es la cabeza y nosotros todo el cuerpo. Y está viva como el cuerpo de cualquiera de nosotros lo está; y siente dolor cuando una parte se enferma; y alegría cuando una parte se mejora. Cada uno de nosotros forma la Iglesia de Cristo, y es en nosotros, en los jóvenes, donde la Iglesia se mira a sí misma. "Vosotros jóvenes sois la esperanza de la Iglesia", afirmó hacia el comienzo de su pontificado, el papa Juan Pablo II.

Gracias a muchas personas, hoy tenemos nuestra fe. Desde los primeros tiempos hasta el día de hoy, desde los apóstoles, mártires, y tantos santos que, al dar su vida, nos mostraron el valor de nuestra fe. Ahora, el Santo Padre nos dice que nosotros, que cada uno de nosotros somos la esperanza de la Iglesia, porque ahora nos corresponde tomar la estafeta de nuestra fe y transmitirla, para continuar a través de nuestro testimonio esa gran labor que Cristo ha dejado: "Id por todo el mundo y predicad el Evangelio".

Hace poco, me dijo una amiga, que desde que se cambió de la Iglesia Católica a otra distinta, vive mejor y hace más cosas buenas, y hasta ha logrado deshacerse de vicios. Podemos con esto concluir que en muchas otras "iglesias" (recuerda que es el cuerpo místico de Cristo, y ni modo que tuviera varios cuerpos) algo bueno debe haber, y si aunque sea eso bueno se vive, se pueden lograr buenas cosas; pero es necesario hacer notar que si ella hubiera vivido todo lo bueno que tiene nuestra Iglesia, simplemente llegaría a niveles como el de la Madre Teresa de Calcuta: a la santidad.

Si nosotros la viviéramos, la conociéramos y la amáramos, nos daríamos cuenta de todas sus características y podríamos sacarle más fruto que cualquiera de las otras. Es importante que usemos los medios que nos ofrece la Iglesia Católica, como ir a Misa, confesarse, leer la Biblia, participar en grupos parroquiales, conocer la palabra y escritos del Santo Padre. Es importante conocer, amar y vivir lo que en ella se enseña.


Notas de la Biblia

1. San Juan 17, 20, nos habla de cómo Cristo es quien convoca la Iglesia, nos invita a que seamos una sola Iglesia.

2. Carta a los Efesios 4,4, nos describe la Iglesia que predicaba San Pablo, una sola.


En resumen:

- Cristo fundó la Iglesia, la única y auténtica depositaria de lo que Dios quiere de nosotros, y puso a Pedro y a sus sucesores, los Papas, para reconocerla como la verdadera y para guiarla.

- Un católico que no vive dentro de las líneas de la Iglesia, es como un tren que decide no seguir las vías... ¿has oído de las consecuencias de un descarrilamiento?

- Hay personas que hacen su propia iglesia porque no quieren seguir reglas ni obedecer; por comodidad.

- Un verdadero miembro de la Iglesia vive diariamente el mandato de Jesús: "Id por todo el mundo, y predicad el Evangelio..."

- Si viviéramos en profundidad todo lo que la Iglesia Católica nos recomienda, llegaríamos al máximo nivel y plenitud que un hombre y una mujer pueden llegar: la santidad.
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Quiérete a tí mismo


En busca de la autoestima perdida.

El tema de la autoestima suele ser uno de los más tratados en publicaciones y otras producciones de psicología divulgativa.

El tema de la autoestima suele ser uno de los más tratados en publicaciones y otras producciones de psicología divulgativa. No siempre del modo más profundo o claro. Contra esta superficialidad intenta reaccionar Aquilino Polaino, autor del libro que aquí reseñamos. El Dr. Polaino es un psiquiatra y educador con muchos años de experiencia clínica y pedagógica, como Catedrático de Psicopatología en la Universidad Complutense de Madrid durante más de treinta y cinco años, y actualmente como Director del Departamento de Psicología de la Universidad San Pablo-CEU de Madrid.

En este libro, el renombrado psiquiatra español “revisa el concepto de autoestima, así como su génesis y desarrollo, pero desde una perspectiva crítica muy singular”, como dice José Manglano en el Prólogo (p. 11). Esto no significa que la obra pretenda ser principalmente un tratado erudito y académico sobre el problema del amor a sí mismo, de aristotélica memoria. Esto se ve reflejado en el estilo coloquial de la obra, que responde al hecho de tener como base una serie de conferencias dadas por el autor sobre esta materia. A pesar de la abundante referencia bibliográfica de tipo científico, la obra es accesible a cualquier lector medianamente culto de nuestra sociedad. Como dice allí mismo Manglano, este libro “quiere ser más bien una guía de perplejos, es decir, un libro de orientación, que contribuya a repensar la autoestima desde una nueva perspectiva, a fin de que se haga la luz en personas confundidas y desorientadas”.

Con estas finalidades en el horizonte, el libro trata sobre el tema de la autoestima desde variados puntos de vista, con abundante referencia a la experiencia práctica, clínica, pedagógica y personal. Se abordan así su definición, los diversos factores (cognitivos, afectivos, comportamentales, sociales...) que intervienen en su génesis y desarrollo, sus distintas formas y manifestaciones, su diferencia respecto de realidades con las que se podría confundir (vanagloria, orgullo, narcisismo...), etc. Como fondo último de estas consideraciones, se descubre siempre una preocupación existencial por la dirección que está tomando la sociedad en que vivimos: narcisista, individualista y vacía de valores. Por ello, no es raro que el autor entrevea en “la cuestión del origen de nuestro ser” (p. 211), y más claramente en la relación con Dios la respuesta y luz última para comprender este tema y para estimarse a sí mismo en la medida justa. Este libro demuestra una vez más que, como decía Rudolf Allers, “la psicología para estar a la altura de sus propios deberes se ve forzada a sobrepasar sus límites”, teniendo en cuenta el fin al que el hombre fue llamado, en orden al cual únicamente se puede comprender en verdad cómo se encuentra y cómo se ama.
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Bendice y serás bendecido

Lupita:

Llevo 5 años pidiendo a Dios que mi esposo vuelva. Pero no me siento escuchada ni atendida por Él. Mi esposo ya está con otra y entre los dos me ofenden cada vez que pueden. Ya lo demandé económicamente porque ya no me quiere pasar nada. Le he dicho de todas las maneras que Dios le pedirá cuentas por la forma en que me trata. Antes de irse él decía que iba a cambiar y que le diera yo una oportunidad pero estaba tan enojada que lo corrí. Ahora que pasan los años compruebo que él sigue siendo el mismo: prepotente, egoísta, grosero. Pero creo que si lo hubiera perdonado tal vez las cosas estarían mejor. Estoy sola y siento que lo necesito. Ya me cansé de pedirle a Dios todo sale al revés.

Josefina


EQuerida Pina:
Cuenta una vieja historia que un rey anunció su próximo recorrido por el condado para saludar a su pueblo y regalarles un día de fiesta. Dos hombres que eran amigos y pasaban dificultades económicas querían pedirle ayuda. Llegó aquel día y le acompañaba un séquito de la corte real. Iba ataviado con sus mejores vestidos en seda y tanto su corte como el pueblo llevaban también sus mejores ropajes. De pronto el primer hombre le sale al encuentro gritando sus resentimientos contra el rey; vestía en harapos y reclamaba una y otra vez por el trato injusto que experimentaba. El rey y su corte lo ignoraron y de forma astuta lo quitaron del camino dejándolo entre lamentos y corajes. Más adelante, encontraron al otro hombre vestido de fiesta aunque humildemente y deseoso de poder tener algún momento de encuentro con su rey. Éste eligió acercase a la procesión en silencio.
Cuando el rey lo vio, le agradó su actitud humilde y serena y observó su presencia sencilla, entonces mandó pedir que le dieran ropa nueva y le invitaran a convivir con los cortesanos. ¡Este hombre tuvo la oportunidad que buscaba!
Esta narración nos enseña que no hay fruto jugoso en donde no se siembra con alegría. Y la palabra de Dios nos presenta las reglas de oro para ser realmente felices. Encontramos en Lc.6, 27 y en Mt. 5,38 aquel principio cristiano que tanto ha despreciado el mundo y por cuya razón nacen todo tipo de guerras:
“Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian, bendigan a quienes los maldicen, oren por quienes los insultan”.

Una razón por la cual sentimos que “Dios no nos oye”, es que aunque Él tenga previsto darnos abundantes bendiciones, ellas no llegan debido a que no respetamos su voluntad fielmente. No le obedecemos.
“¿Por qué me llaman ustedes Señor, Señor, y no hacen lo que les digo?” (Mt. 7, 24).
¿Cuándo vamos a tomar en serio la Palabra de Dios? ¿Cuánto será necesario perder para entender que Dios no miente?
Si en verdad quieres recibir las bendiciones del Señor, bendice. El verdadero cristiano no puede sentirse tranquilo al amar sólo a los suyos. Jesús es ejemplo para nosotros y afirma que es necesario hacer la experiencia de amar a nuestros enemigos y actuar a favor de ellos.
“Ustedes deben amar a sus enemigos y hacer el bien… así será grande su recompensa, y ustedes serán hijos del Dios altísimo, que es también bondadoso con los desagradecidos y malos. Sean ustedes compasivos, como su padre es compasivo” (Lc. 6, 35).

Dios siempre exige sacrificio pero cumple sus promesas y recompensa con creces. El mundo no exige nada excepto que tú te sientas bien, pero el resultado es la amargura.
Bendice y serás bendecida. ¡Haz la experiencia!
Lupita Venegas/Psicóloga
www.valoraradio.org
Twitter: @lupitavenegasdc
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Jesús no vino a juzgar sino a salvar

Dios mandó a su Hijo para salvar al mundo
Autor: Ignacio Sarre
Fuente: Catholic.net

Juan 3, 16-21. Pascua. Cristo no ha venido para condenar sino para salvarnos.
Dios mandó a su Hijo para salvar al mundo


Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él. El que cree en Él, no es juzgado; pero el que no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios. Y el juicio está en que vino la luz al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal aborrece la luz y no va a la luz, para que no sean censuradas sus obras. Pero el que obra la verdad, va a la luz, para que quede de manifiesto que sus obras están hechas según Dios».



Reflexión


La oscuridad nos inquieta. La luz, en cambio, nos da seguridad. En la oscuridad no sabemos dónde estamos. En la luz podemos encontrar un camino. En pocas líneas, el Evangelio nos presenta los dos grandes misterios de nuestra historia. Por un lado, “tanto amó Dios al mundo”. Sin que lo mereciéramos, nos entregó lo más amado. Aún más, se entregó a sí mismo para darnos la vida. Cristo vino al mundo para iluminar nuestra existencia. Y en contraste, “vino la luz al mundo y los hombres amaron más las tinieblas que la luz”. No acabamos de darnos cuenta de lo que significa este amor de Dios, inmenso, gratuito, desinteresado, un amor hasta el extremo.

El infinito amor de Dios se encuentra con el drama de nuestra libertad que a veces elige el mal, la oscuridad, aún a pesar de desear ardientemente estar en la luz. Pero precisamente, Cristo no ha venido para condenar sino para salvarnos. Viene a ser luz en un mundo entenebrecido por el pecado, quiere dar sentido a nuestro caminar.

Obrar en la verdad es la mejor manera de vivir en la luz. Y obrar en la verdad es vivir en el amor. Dejarnos penetrar por el amor de Dios “que entregó a su Hijo unigénito”, y buscar corresponderle con nuestra entrega.

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Cómo volver a Jesús si lo he perdido

CUANDO CRISTO NACE EN EL CORAZÓN

Querida Lupita:

Gracias por ayudarnos a creer que los criterios del Evangelio se pueden vivir. Asistí a mi cursillo en Cancún y he ido a las cruzadas matrimoniales que se han organizado ahí y en Cozumel. Yo tuve una hija siendo soltera y unos años después me junté con un hombre con el que tuve otra niña. Mi vida fue muy desordenada en el tema de lo sexual y hasta hoy que me he encontrado con el Señor, mi pareja y yo queremos dejar atrás esa vida de pecado. Hoy sufrimos muchas consecuencias en nuestra sexualidad y con nuestras hijas, que no están bien. Queremos formar parte de los equipos de esposos que llevan su testimonio y que tanto ayudan. Pero seguimos arrastrando problemas y yo a veces tengo mucho odio hacia él. El ya me pidió matrimonio para estar bien con Dios pero no sé si será un error porque me dicen que una persona así no cambia.
Ana Sofí

Querida Sofi:

No es tiempo de renunciar sino de perseverar.

Dice la Palabra de Dios: “Cuando un espíritu impuro sale de un hombre, anda por lugares secos buscando descanso; pero al no encontrarlo, piensa: Volveré a mi casa de donde salí. Cuando regresa encuentra a ese hombre como una casa barrida y arreglada. Entonces va y reúne a otros siete espíritus peores que él, y todos juntos se meten a vivir en aquel hombre que al final queda peor que al principio” (Lc. 11, 24-26).
El propio Jesucristo nos advierte que si le hemos dejado nacer en nuestro corazón, no podemos abandonarle nuevamente sin riesgo grave para nosotros mismos.
Javier Echevarría nos recuerda que el pecado nos degrada como personas por su condición de acto contra nuestra verdad, contra lo que verdaderamente somos y estamos llamados a ser. Todo pecado hiere al hombre y vale la pena desandar ese camino y enderezar lo que estaba torcido. Esta es la penitencia que debemos hacer y así purificarnos.
Hay tantos hombres arrepentidos de un pasado en el que hicieron mucho daño por haber actuado sin Dios. Se han encontrado con Él, y desean ardientemente empezar de nuevo, piden perdón sinceramente pero sus esposas, y algunas veces sus propios hijos no quieren perdonar ya. “Demasiado tarde”, les dicen.
Me pregunto qué pasaría si estas mujeres aceptaran encontrarse con Cristo también y escucharan alto y claro que Él se regocija en la reconciliación y la unidad. Pero nuestros días son testigos de la agonía del amor. Ahí está pero no queremos amar.
Amar es creer que podemos ser nuevos, amar es vencer lo miedos para sentirnos fuertes y luchar una y mil veces. Amar es mirar a Cristo y creer que todo es posible. Amar es renunciar a los pensamientos catastróficos y elegir libremente el optimismo realista de Dios. Los pronósticos humanos denotan una especie de pesimismo que parece inspirado desde el infierno.
Este optimismo realista se refiere a que en nuestro corazón se alberga vivamente la esperanza de ser mejores –tanto nosotros como las personas y circunstancias que nos rodean- y en nuestra mente está la convicción de trabajar por superar, no sin esfuerzo desde luego, nuestros lastres.
Es cierto que no podemos cambiar como por arte de magia, pero si en verdad Cristo nace en nuestro corazón, apreciaremos el milagro de una nueva actitud. ¡Una nueva mirada para todo!

Lupita Venegas/Psicóloga
www.valoraradio.org
Twitter @lupitavenegasdc
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Lo que no es el perdón


Recuerdo ahora el relato de un padre de familia, hombre sensato aunque quizá un poco impulsivo, que un buen día advirtió que la bronca que acababa de echar a uno de sus hijos era desproporcionada e injusta.
No habían pasado más que unos minutos cuando comprendió que había interpretado la situación de un modo totalmente erróneo, y que su reacción había sido impropia y exagerada.

Como era un hombre leal y de principios, se dirigió hacia la habitación de su hijo para disculparse. En cuanto abrió la puerta, lo primero que escuchó fue:

—No quiero perdonarte, papá.

—Lo siento, no me había dado cuenta de que tenías razón. ¿Por qué no quieres perdonarme, hijo?

—Porque hiciste lo mismo la semana pasada.

En otras palabras, venía a decir: «Papá, no pienses que vas a resolver este problema simplemente pidiendo disculpas. Tienes que cambiar.»

Aunque no sea éste un ejemplo especialmente modélico en cuanto al perdón, de este relato puede sacarse una enseñanza importante: no basta con pedir disculpas, es preciso también corregirse y procurar reparar el daño causado.

Sería un error pensar que pidiendo disculpas se arregla todo sin más. El daño que se haya hecho, aunque se perdone, suele tener unas consecuencias que no pueden ignorarse. Por eso la petición de disculpas ha de ir siempre unida a un sincero y eficaz deseo de corregir en ese punto nuestro carácter, rectificar nuestra conducta y compensar de algún modo ese daño.
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El triple de la felicidad, oración, humildad y servicio


La oración es hablar con Dios; conversar con nuestro Padre del Cielo, con Jesús, con el Espíritu Santo; conversar con nuestra Madre la Virgen María, con el ángel custodio con los santos.

En este diálogo lo más natural es que digamos alabanzas, demos gracias, pidamos perdón o imploremos lo que necesitamos.

Para un cristiano orar es un deber. Si lo consideramos bien; ¡qué tal suerte la nuestra: poder hablar con Dios o con la Virgen, con la sencillez y confianza de un hijo con su papá, con su mamá! Porque esto son para nosotros; y sabemos que nos aman y que todo lo pueden.

Dios escucha siempre nuestras oraciones; lo dice la Biblia: "Me invocarán, y yo les escucharé" (Jer 29,12); "Pidan y recibirán" (Jn 16,24).


¿Qué es orar?

Orar es dialogar con Dios, nuestro Padre celestial, para escucharle, alabarlo, darle gracias y pedirle aquello que nos conviene.

¿Tenemos obligación de orar a Dios?

Si, tenemos obligación de orar a Dios; pero no sólo obligación, sino necesidad, porque Dios es nuestro Señor y nuestro Padre, porque Jesucristo nos lo manda y porque la oración es el medio ordinario de alcanzar la gracia y los demás beneficios de Dios. San Alfonso María de Ligorio enseñaba claramente: "el que no reza, no se salva".

¿Dios escucha siempre nuestras oraciones?

Sí, Dios escucha siempre nuestras oraciones y nos concede lo que es más conveniente para nuestra salvación.

¿De cuántas maneras puede ser la oración?

La oración puede ser mental y vocal; o sea, hecha sólo con la mente o hecha con palabras dichas con atención.

¿Debemos orar a la Santísima Virgen María?

Sí, debemos orar a la Santísima Virgen María porque es la Madre de Dios y es Madre nuestra que intercede por nosotros y a la que nada negará Jesús cuando le hable de nosotros. La historia de la Iglesia está marcada por la experiencia de que María Santísima nuestra Madre escucha siempre a sus hijos. Como bien dice una antigua oración cristiana: "jamás se ha oído decir que alguno de los que han acudido a tu protección, implorando tu auxilio, haya sido abandonado de ti".

¿Hemos de orar también al ángel custodio y a los santos?

Si, hemos de orar al ángel custodio porque está a nuestro lado siempre para ayudarnos, y a los santos porque interceden por nosotros ante Dios.
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¿Cómo lograr una madurez cristiana?


1.- Base Escritural: Hebreos 5:11-14;6:1-20

2.- Versículo para memorizar en la semana: "Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios..."(Hebreos 6:1)

3.- ¿Qué aprenderemos hoy?
Hace pocos días leía una ponencia del teólogo bautista Harold Segura en la que se refería la importancia de alcanzar madurez en la vida cristiana. Asociaba este objetivo a través del discipulado. Me impactó su análisis. Es vivencial.
Conocer al Señor Jesucristo como Salvador es esencial, pero esta determinación debe ir seguida por un segundo paso: caminar junto a Él, tomados de Su mano. Nos asegura victoria en medio de las crisis, las tentaciones y los períodos de incertidumbre que asaltan la vida del creyente.

4.- ¿Qué nos dice la Escritura?

En el estudio de hoy aprendemos que:

I.- Es necesario avanzar en el proceso de crecimiento espiritual (5:11-13).

1.- La autosuficiencia y la renuencia a comprometerse, actitudes que afectan la vida espiritual.- "Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír"(v.11).Con frecuencia encontramos dos actitudes entre quienes han conocido al Señor Jesucristo. La primera es que hay quienes rápidamente se infatúan y consideran que ya lo saben todo y no tienen nada más que aprender. Pronto vuelven atrás en su vida espiritual.

La segunda y no menos perjudicial, es el temor que se refleja en renuncia de muchas personas a comprometerse con las cosas de Dios. Las Buenas Nuevas de Salvación les parecen extraordinarias, pero una vez deben permitir el obrar divino en su existencia, cierran las puertas.

2.- La madurez está ligada al proceso de crecimiento espiritual.- En Efesios 4.14 y 1 Corintios 3:1-3 hallamos unas palabras que guardan estrecha relación con Hebreos 5:12-14. Están volcadas a enfatizar la importancia de adquirir madurez en la vida cristiana. La madurez toma forma a partir del vocablo griego téleios y se puede verter al castellano como madurez –nivel de conocimiento completo—o perfección. Es en esencia un proceso. Los eruditos orientan el significado hacia "alcanzar un blanco, una meta".

3.- Es posible llegar a un nivel de estancamiento.- Uno de los aspectos centrales de esta carta a Hebreos tiene especial significado cuando leemos los versículos 12 y 13: "Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño...".
Nos debemos formular una pregunta, ¿estamos avanzando hacia la madurez espiritual o simplemente leemos las Escrituras por adquirir conocimiento intelectual? Recuerde que es esencial llevar ese aprendizaje a la vida cristiana práctica. Es la forma más eficaz de vivir a Cristo en el día a día.

II.- El Señor Jesucristo impacta nuestra vida hacia el cambio (5:14; 6:1-7)

1.- Las dos etapas: estancamiento y crecimiento. ¿En dónde estamos?(v.14).- ¿Quiénes participan del alimento sólido? Quienes han ido aprendiendo más y más de Dios. ¿Cómo se aprender acerca del amado Señor y Creador? Mediante la íntima relación que desarrollamos con Él en oración y la meditación de Su Palabra.

2.- Es necesario revisar nuestra vida y aplicar correctivos (6:1- ).- "Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios..."(vv.1,2). Conforme aprendemos nuevos principios y pautas de vida y los aplicamos a nuestra forma de pensar y de actuar, dejamos atrás los primeros pasos y crecemos en Cristo. Es un proceso, en el que estamos llamados a tomar parte todos.

3.- La permanencia en el camino de Dios es clave (vv.2-7).- ¿Se pierde la Salvación? Esa es una pregunta que desde siempre ha dividido a muchas iglesias. Es un aspecto doctrinal profundo. Entendemos que la Salvación como tal no se pierde. Un ejemplo: usted es hijo de su padre terrenal y no perderá esa condición, pero sí pierde las posibilidades de ser heredero si hace algo que no solo rechaza su ascendencia sino que además deja de lado su familia. Entonces, bien podría ser hijo de fulano de tal, pero estar desheredado. Hay quienes conocen a Cristo como Señor y Salvador y pronto dejan el Camino y pretenden que viviendo a su manera, alcancen vida eterna. Esa es una salvación amañada, conforme a los intereses de quien recibió el beneficio del perdón de los pecados, pero no es necesariamente lo que Dios espera y desea (vv.2-8).

III.- Dios reconoce nuestro esfuerzo por permanecer firmes (6:9- ).

1.- Buscar a Dios implica permanecer en El (vv.9-12).- Traiga por un instante a su memoria la imagen de quienes llevan mucho tiempo en el caminar con Cristo. Enfrentan dificultades, las circunstancias parecen vencerlos y por momentos han sentido vivo deseo de volver atrás. Sin embargo toman fuerzas mediante la oración al Padre y avanzan. ¿Acaso no valora Dios estos esfuerzos? Sin duda que si. La Palabra dice: "Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún."(v.10).

2.- El vencedor es quien prosigue hasta el final (v.11).- Es probable que haya visto a su alrededor cristianos que han avanzado espiritualmente con una rapidez extraordinaria. Sin embargo cuando menos se espera, renuncian y vuelven al mundo. Usted que creía que jamás alcanzaría el desarrollo de la fe y la madurez, observa sin embargo que sigue avanzando. Los hechos nos muestran que el ganador de la carrera no es el que arranca primero, sino aquél que permanece. Y ese es el propósito de Dios para nosotros: "Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza, a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.".

3.- Preguntas de repaso:
El objetivo de las Preguntas de repaso es abrir la participación de los asistentes a la Célula o Grupo de Estudio Bíblico y asegurar que lleven a la práctica los conocimientos que adquieren con cada nueva lección:

1.- ¿Qué actitudes asumen muchas personas quienes después de haber tenido un encuentro personal con el Señor Jesucristo? (v.11).

2.- ¿Hemos avanzado en el proceso de madurez espiritual, o seguimos estancados? (vv.12, 13).

3.- ¿Quiénes son los que participan del alimento sólido del que habla el autor de la carta a Hebreos?(v.14).

4.- ¿Qué ocurre con aquellos que menosprecian la Salvación del Señor Jesús?(vv.2-7).

5.- ¿Olvida o desconoce Dios nuestra disposición de seguir firmes en el caminar con Cristo a pesar de las adversidades? (v.10, 11).

6.- Lecturas devocionales para la semana:
¿Cuál es el propósito de las lecturas devocionales para la semana? Que tanto el líder como cada uno de los que asisten a la Célula o Grupo de Estudio Bíblico asuman el compromiso diario de leer, meditar y aprender de la Palabra de Dios:
Lunes Proverbios 1:1-7; Martes Proverbios 1:8-19 ; Miércoles Proverbios 4:1-9; Jueves Proverbios 6:20-35; Viernes Proverbios 7:1-5; Sábado Proverbios 8:1-11; Domingo Proverbios 9:1-12.
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Palabras para momentos de crisis


Optimismo

www.encuentra.com
Sección: Valores explicados

Forjar un modo de ser entusiasta, dinámico, emprendedor y con los pies sobre la tierra, son algunas de las cualidades que distinguen a la persona optimista.

El optimismo es el valor que nos ayuda a enfrentar las dificultades con buen ánimo y perseverancia , descubriendo lo positivo que tienen las personas y las circunstancias, confiando en nuestras capacidades y posibilidades junto con la ayuda que podemos recibir.



La principal diferencia que existe entre una actitud optimista y su contraparte –el pesimismo- radica en el enfoque con que se aprecian las cosas: empeñarnos en descubrir inconvenientes y dificultades nos provoca apatía y desánimo. El optimismo supone hacer ese mismo esfuerzo para encontrar soluciones, ventajas y posibilidades; la diferencia es mínima, pero tan significativa que nos invita a cambiar de una vez por todas nuestra actitud.

Alcanzar el éxito no siempre es la consecuencia lógica del optimismo, por mucho esfuerzo, empeño y sacrificio que pongamos, algunas veces las cosas no resultan como deseábamos. El optimismo es una actitud permanente de “recomenzar”, de volver al análisis y al estudio de las situaciones para comprender mejor la naturaleza de las fallas, errores y contratiempos, sólo así estaremos en condiciones de superarnos y de lograr nuestras metas. Si las cosas no fallaran o nunca nos equivocáramos, no haría falta ser optimistas.

Normalmente la frustración se produce por un fracaso, lo cual supone un pesimismo posterior para actuar en situaciones similares. La realidad es que la mayoría de nuestro tropiezos se dan por falta de cuidado y reflexión. ¿Para qué sirve entonces la experiencia? Para aprender, rectificar y ser más previsores en lo futuro.

El optimista sabe buscar ayuda como una alternativa para mejorar o alcanzar los objetivos que se ha propuesto, es una actitud sencilla y sensata que en nada demerita el esfuerzo personal o la iniciativa. Sería muy soberbio de nuestra parte, pensar que poseemos el conocimiento y los recursos necesarios para salir triunfantes en toda circunstancia.

Cualquiera que ha sido campeón en alguna disciplina, llegó a colocarse en la cima por su esfuerzo, perseverancia y sacrificio, pero pocas veces, o mejor dicho nunca, se hace alusión a su optimismo, a esa entrega apasionada por alcanzar su fin, conservando la confianza en sí mismo y en las personas que colaboraron para su realización. El optimismo refuerza y alienta a la perseverancia.

El optimista no es ingenuo ni se deja llevar por ideas prometedoras, procura pensar y considerar detenidamente todas las posibilidades antes de tomar decisiones. Si una persona desea iniciar un negocio propio sin el capital suficiente, sin conocer a fondo el ramo o con una vaga idea de la administración requerida, por muy optimista que sea seguramente fracasará en su empeño, ya que carece de las herramientas y fundamentos esenciales para lograrlo.

En otras circunstancias nos engañamos e inventamos una falsa realidad para hacernos la vida más fácil y cómoda. Basta mencionar al estudiante que se prepara poco y mal antes de sus evaluaciones, esperando obtener la calificación mínima y necesaria para “salir del paso”, sin darse cuenta que su falso optimismo lo llevará –tarde o temprano- al fracaso.

Se podría pensar que el optimismo nada tiene que ver con el resto de las personas, sin embargo, este valor nos hace tener una mejor disposición hacia los demás: cuando conocemos a alguien esperamos una actitud positiva y abierta; en el trabajo, una personalidad emprendedora; en la escuela, profesores y alumnos dedicados. Si nuestras expectativas no se cumplen, lo mejor es pensar que las personas pueden cambiar, aprender y adaptarse con nuestra ayuda. El optimista reconoce el momento adecuado para dar aliento, para motivar, para servir.

En la amistad y en la búsqueda de pareja también es necesario ser optimista. Algunas personas se encierran en sí mismos después de los fracasos y las desilusiones, como si ya no existiera alguien más en quien confiar. El optimismo supone reconocer que cada persona tiene algo bueno, con sus cualidades y aptitudes, pero también sus defectos, los cuales debemos aceptar y buscar la manera de ayudarles a superarlos.

El paso hacia una actitud optimista requiere de una disposición más entusiasta y positiva, es tanto como darle la vuelta a una moneda y ver todo con una apariencia distinta:

- Analiza las cosas a partir de los puntos buenos y positivos, seguramente con esto se solucionarán muchos de los inconvenientes. Curiosamente, no siempre funciona igual a la inversa.

- Haz el esfuerzo por dar sugerencias y soluciones, en vez de hacer críticas o pronunciar quejas.

- Procura descubrir las cualidades y capacidades de los demás, reconociendo el esfuerzo, el interés y la dedicación. Esto es lo más justo y honesto.

- Aprende a ser sencillo y pide ayuda, generalmente otras personas encuentran la solución más rápido.

- No hagas alarde de seguridad en ti mismo tomando decisiones a la ligera, considera todo antes de actuar pues las cosas no se solucionan por sí mismas. De lo contrario es imprudencia, no optimismo.

No es más optimista el que menos ha fracasado, sino quien ha sabido encontrar en la adversidad un estímulo para superarse, fortaleciendo su voluntad y empeño; en los errores y equivocaciones una experiencia positiva de aprendizaje. Todo requiere esfuerzo y el optimismo es la alegre manifestación del mismo, de esta forma, las dificultades y contrariedades dejan de ser una carga, convirtiéndonos en personas productivas y emprendedoras.
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Como enfrentar las presiones económicas


La virtud del ahorro en la familia
Autor: Francisco Gras
Fuente: www.micumbre.com

En la familia es muy difícil pasar, de una economía basada en el endeudamiento, a una economía soportada en la virtud del ahorro para el futuro


La virtud del ahorro en la familia
Hay muchas familias que viven, de cheque a cheque de su sueldo, y otras de los cheques que vayan a llegar o de las tarjetas de crédito. La mayoría de las veces es, porque no han tenido fuerza de voluntad, para saber administrarse y ahorrar. No se dan cuenta o no quieren dársela, que por esos adelantos de dinero, tienen que pagar intereses abusivos. En la familia es muy difícil pasar, de una economía basada en el endeudamiento, a una economía soportada en la virtud del ahorro para el futuro. El ya pagaremos más adelante, pues lo importante es satisfacer nuestros deseos de consumismo, es una política familiar, que casi siempre conlleva malas consecuencias.

7 Columnas familiares básicas, para poder hacer un buen plan de ahorro familiar:

Que todos los ingresos y gastos de la familia, estén reflejados en una sola cuenta, totalmente transparente y siempre consensuados por los cónyuges. Si no hay un mutuo acuerdo en las decisiones económicas y cada cónyuge hace lo que quiere, en secreto y sin permiso, el matrimonio no podrá ahorrar y tendrá muchos problemas de convivencia.

Que el ahorro esté soportado, con la práctica y desarrollo de las 30 Virtudes y valores humanos, a tener en cuenta para ahorrar en la familia, que se indican al final del artículo, intentando que de costumbres, pasen a ser hábitos y de estos a ser virtudes.

Que se evite realizar la antítesis del ahorro en la familia, como son el despilfarro, el derroche, el consumismo, el dilapidar, la gula, la pereza, etc. Aunque no es malo ni contrarios a la virtud del ahorro, el darse un homenaje personal de vez en cuando.

Determinar claramente el importe, cómo y plazos de los objetivos del ahorro familiar, soportados en un real, sincero y técnicamente realizable presupuesto de gastos e ingresos, para evitar frustraciones, siendo realista de lo que se puede conseguir, con los distintos importes de ese ahorro.

Saber invertir los ahorros familiares para que no se pierdan, como ha pasado con determinadas inversiones realizadas y eliminadas, en tiempos de crisis.

Tratar de convertir los gastos variables en gastos fijos, previéndolos en cantidades máximas, por cada concepto, como son los gastos de diversiones, ropas, caprichos, etc.

Desarrollando un calendario de ingresos y gastos (cash flow), para que no haya situaciones que tenga que endeudarse la familia, por no haber previsto el desfase, entre los ingresos y los gastos.

Primero pagar un sueldo a la familia, destinado al ahorro. La mejor forma de empezar a ahorrar, es dedicar para la familia un porcentaje de todos los ingresos familiares, poniéndolo en una cuenta especial, solamente tocable, para cubrir los objetivos previstos. Pagar un sueldo a la familia no es un tema de egoísmo, pues se debe seguir considerando las responsabilidades con los gastos, deudas, donativos, etc. Implica poner en el centro el objetivo de querer realizar o mejorar el ahorro familiar. Al fin y al cabo, el objetivo es para mejorar la calidad de vida familiar. Por lo tanto, el ahorro tiene que estar centrado, en la realidad de cada familia, aunque parezca ilógico, sobre todo cuando se considera la montaña de facturas y deudas, que tenemos por pagar. Pero sin duda, es el principio de un cambio. Por eso lo aconseja la gran mayoría, de los programas de ahorros familiares.

Pagarse a uno mismo un porcentaje de los ingresos, aplica la misma circunstancia de destino, incluso cuando no se ha formado todavía una familia, pues se tiene que prever el futuro personal. Pagarse a uno mismo, es enfocar el ahorro en la prioridad de las finanzas personales. Cuando lo primero que nos fijamos es, en nuestra capacidad de ahorro, es más fácil que nuestras finanzas empiecen a mejorar. La realidad es que la mayoría, empezamos a pensar en nuestras finanzas, cuando los ahorros que tenemos son escasos o cuando, empezamos a notar un cierto estrés financiero. Antes de ello, desgraciadamente no ponemos por lo general mucha atención a las finanzas.

Esto no debería ser así. De la misma forma, que si solamente nos preocupáramos de la salud física, cuando nos empezamos a sentir mal y creemos tener una enfermedad. Pero deberíamos enfocarnos más en la parte de prevención, para no llegar a tener esa enfermedad. Es similar a los consejos que dan acerca de las dietas. Si uno quiere adelgazar es muy fácil ponerse a una dieta drástica, como la famosa de la sopa de col y bajar las libras que se necesitan. Pero si uno quiere bajar de peso y mantenerlo, lo tiene que hacer a través de un cambio de la forma de alimentarse, además de entrar en un estilo de vida, que incluya ejercicio físico. Tanto en la comida, como en los ejercicios, no se puede mantener un ritmo sano, si no se incluyen las cosas que a uno le gustan, aunque sea con moderación.

Con la dieta financiera ocurre lo mismo. Tenemos que poner como centro, el ahorro familiar y llegar a un ritmo de ingresos, gastos y ahorros que nos satisfagan, y que nos permitan mantenerlo de por vida. Esto no deja de lado las dietas drásticas, que pueden ser necesarias momentáneamente. Pero a la larga, si no se acomoda a nuestras necesidades y no vemos un efecto positivo en nuestra calidad de vida, no la vamos a seguir.

Es en esta prevención financiera, donde entra la prioridad que debemos de dar, a los ahorros familiares. Estos no solamente representan nuestros fondos de emergencia, sino también la posibilidad de hacer rendir el dinero ahorrado para la familia. ¿Cómo se puede llevar a la realidad, eso de pagar primero un sueldo, como ahorro familiar? Es muy simple. Antes de pagar cualquier factura, antes de hacer las compras de comida, antes de pagar las deudas, hay que reservar una cantidad de los ingresos, como ahorro familiar. Quizá no parezca tan simple, sobre todo cuando vemos que nuestros ingresos, no dan a basto para lo que necesitamos y tenemos muchas facturas y deudas sin pagar. Pero si no lo hacemos, no vamos a poder disfrutar de los ingresos y cualquier emergencia, nos puede hacer mucho más daño.

10 Razones para lo primero, establecer el ahorro familiar como un sueldo:

Establecer mentalmente los ahorros familiares, como una prioridad. Al principio cuesta mucho, pero una vez realizado como práctica habitual, será mucho más fácil al observar las ventajas que se obtienen y cómo dirige, todas las actividades financieras de la familia. Si realmente queremos tener unas finanzas sanas, tener el hábito de ahorrar familiarmente es imprescindible.

Establecer que eso es, una de las cosas más importante en la vida familiar. Lo más importante no son las facturas, ni las deudas, es la familia. El dinero es un instrumento para llegar a los objetivos familiares, sociales y religiosos. No es un fin, sino un medio.

Establecer el comienzo de una práctica correcta. La mayoría de la gente tiene el hábito financiero de pagar primero las facturas, el entretenimiento y después los ahorros. Pero esto es incorrecto. Lo primero son los ahorros y cuando por principio lo pones primero, tienes pocas excusas para no hacerlo.

Establecer una base financiera, para emergencias y situaciones de la vida. La mejor manera de construir una cuenta de ahorro para emergencias, para la jubilación, para los estudios universitarios de los hijos, para un posible desempleo, para establecer una empresa, para la compra de un automóvil, de una casa, para las vacaciones familiares, actualizar la profesión, etc. contribuyendo continuamente a ello, dedicando un porcentaje de los ingresos.

Si la formación de esa base, la dejamos para el día de mañana, nunca tendremos esos ahorros familiares. Además en caso de emergencia, sin esa base, financieramente nos hundiremos más.

Establecer prioridades, en los objetivos del presupuesto familiar o en lo que se necesite. Eso da una gran libertad, y abre muchas oportunidades de crecimiento personal, familiar y social.

Establecer cuanto antes el sistema de ahorro familiar. Nunca es tarde para empezar y cuanto antes se empiece, antes empezará a ver los frutos. Aunque sea empezando poco a poco, con cantidades pequeñas, pero presididas por la firme promesa, de ir adecuando los ahorros familiares, a los objetivos deseados. Siempre se está a tiempo de empezar, el mejor momento de hacerlo es, ahora.

Establecer una forma automática para hacerlo, pues si no lo empezamos ahora y de forma automática, sin pensarlo mucho, es muy posible que no lo hagamos. O que aunque lo empecemos, al de un tiempo lo dejemos por un sinfín de razones.

Siempre va a haber motivos o excusas, para no hacerlo, por tener que pagar una factura que creemos que no puede esperar, un capricho, una diversión momentánea, un no saber decir que no, etc. Por eso, si el ahorro lo ponemos en automático, dejamos de pensar en ello y los ahorros van subiendo, poco a poco.

Establecer alguna de las principales formas de hacerlo en automático: A través de ordenar al banco que mensual o periódicamente, retire una cantidad determinada, a una cuenta especial. A través del empleador, si tiene los planes de ahorro con exención de impuestos y complementación de cantidades, como suelen ser el 401K, Roth IRAs para la jubilación y 589 para los estudios de los hijos, en la universidad.
Establecer la base financiera de forma que cumpla, de la mejor forma posible, las tres principales características de una buena inversión: Rentabilidad, seguridad y expansión.

Cuánto debe ser el ahorro familiar. Esto depende de las circunstancias de cada familia y de sus presupuestos, de ingresos y gastos. Si empiezan a ahorrar con una cantidad mínima, como es el 1% de sus ingresos familiares, tienen que tener plena conciencia, que aunque pasen muchos años, no va a poder cumplir casi ninguno de los objetivos propuestos. Pero puede ser un comienzo simbólico, para irse acostumbrando a realizar el ahorro familiar e ir aumentando ese porcentaje al 2, 3, 10, etc. No pretendan pasar de cero ahorros, a ahorrar el 33% de los ingresos familiares, que es la cifra ideal que recomiendan los expertos, al distribuir los ingresos familiares en: 33% dedicado a la vivienda; 33% dedicado a los gastos fijos, alimentación y vivencias; 33% dedicado al ahorro familiar. Deduciendo de este 33% las cantidades, que ya haya dedicado indirectamente, como es la parte de capital de los pagos de la hipoteca y las cifras retenidas por el empleador, para los planes de ahorro.

El ahorro para la jubilación, debe empezarse con el cobro del primer sueldo, pues ese día, ha empezado la marcha a tras para la jubilación, como se empieza esa misma marcha hacia la muerte, el día que se nace. Solamente que la fecha de la muerte es incierta y la de la jubilación, casi cierta. Tienen que tener bien claro, que esté en el país que esté, con la pensión que obtenga, no va a poder cubrir sus gastos para vivir, aunque en esa situación sean menores que trabajando, por lo que tiene que ir ahorrado, desde que empieza a trabajar, para crear un fondo de ahorro familiar, que le sirva de complemento de la pensión que cobre.

Cuándo debe empezarse a ahorrar. Si no empieza ahora a construir la costumbre, para convertirla en hábito y después en la virtud del ahorro familiar, aunque sea con una pequeña cantidad, es casi seguro que ya no lo hará. Por eso es bueno empezar ahora y que el primer pago, sea al que le demos la mayor importancia posible. Este paso debe convertirse en un proyecto, en el que estén implicados todos los componentes de la familia, pues es un paso muy importante hacia la estabilidad financiera familiar. Quizá sea incluso el paso más difícil, y el que más satisfacciones le puede dar, ya que han puesto a la familia como prioridad y como centro de las finanzas.

Otras cantidades dedicadas al ahorro familiar, pueden ser la de algunos trabajos extras, aunque sean de pocos ingresos. Un aumento de sueldo. Un gasto superfluo eliminado. Si hasta ahora la familia ha podido vivir, sin esos ingresos adicionales o sin esos gastos superfluos, quizá podamos continuar haciéndolo, durante un tiempo. Cuando lleguemos a nuestros objetivos de ahorro, ya podremos usar ese aumento o los ingresos extras, para otras necesidades.

10 Preguntas antes de poner en práctica el ahorro familiar:

1. ¿En qué va a utilizar el ahorro familiar? Determinar muy claramente los objetivos, las cantidades y los plazos. Nunca hay una respuesta mala.

2. ¿Tiene un banco o una empresa financiera, donde pueda abrir una cuenta de ahorro, que no le cueste dinero?

3. ¿Va a ir a abrirla hoy, mañana por la mañana o el día menos pensado?

4. ¿Su empleador ofrece planes de ahorros, con o sin exención de impuestos?

5. ¿Qué va a hacer, para realizar automáticamente el ahorro familiar, antes de hacer otros pagos?

6. ¿Puede empezar a ahorrar un 1% de sus ingresos mensuales?

7. ¿Con esa cantidad del 1% qué objetivos puede alcanzar, del ahorro familiar?

8. ¿Si no puede ahorrar el 1%, podría ahorrar $25, $50 o $100 al mes u otra cantidad?

9. ¿Qué tendría que cambiar en su vida y sacrificar, para poder ahorrar ese 1% u otra cantidad?

10. ¿Cuál es el % de sus ingresos, que debería dedicar al ahorro familiar, para cubrir el mínimo de los objetivos planeados, en cantidad y tiempos?

30 Virtudes y valores humanos relacionados con el ahorro familiar:

Abnegación. Sacrificio que alguien hace de su voluntad, de sus afectos o de sus intereses, generalmente por motivos religiosos o por altruismo.

Arrepentimiento. Pesar de haber hecho algo. Puede ser por una circunstancia atenuante, siempre con un sincero prepósito de la enmienda.

Austeridad. Severidad. Sobriedad. Mortificación de los sentidos y pasiones. Rigurosamente ajustado a las normas de la moral. Sencillez, sin ninguna clase de alardes.

Autodisciplina. La disciplina que se aplica voluntariamente a uno mismo.

Disciplina. Observancia de las leyes y ordenamientos de la profesión u organización. Parecer o dictamen que se da o toma, para hacer o no hacer algo.

Coherencia. Conexión, relación o unión de unas cosas con otras. Actitud lógica y consecuente, con una posición anterior. Lo hago por coherencia con mis principios. Acción y efecto de reunirse o adherirse las cosas entre sí.

Colaboración. Trabajar o contribuir con otra u otras personas, en la realización de una obra. Ayudar y concurrir con otros, al logro de algún fin.

Compromiso. Obligación contraída. Palabra o promesa dada por obligación o necesidad, para complacer.

Constancia. Firmeza y perseverancia del ánimo, en las resoluciones y en los propósitos. Acción y efecto de hacer constar algo, de manera fehaciente.

Control. Comprobación, inspección, fiscalización, intervención. Dominio, mando, preponderancia.
Cooperación: Obrar juntamente con otro u otros, para un mismo fin.

Desprendimiento. Desunir, desatar lo que estaba fijo o unido Apartarse o desapropiarse de algo. Despego, desasimiento de las cosas. Largueza, desinterés.

Disposición. Gallardía y gentileza en la persona. Hallarse apto y listo para algún fin.

Ejemplo. Acción o conducta que puede inclinar a otros, a que la imiten. Excitar con las propias obras, la imitación de los demás. Caso o hecho sucedido en otro tiempo, que se propone, o bien para que se imite y siga, si es bueno y honesto, o para que se evite si es malo.

Esfuerzo. Empleo enérgico del vigor o actividad del ánimo, para conseguir algo venciendo dificultades. Empleando ánimo, vigor, brío, valor. Empleo de elementos costosos en la consecución de algún fin.

Familia. Grupo de personas emparentadas entre sí que viven juntas, bien sean ascendientes, descendientes, colaterales y afines de un linaje.
Fortaleza. En la doctrina cristiana, virtud cardinal que consiste en vencer el temor y huir de la temeridad con fuerza, manteniendo el vigor y dando ejemplo.

Generosidad: Inclinación o propensión del ánimo, a anteponer el decoro a la utilidad y al interés. Largueza, liberalidad. Valor y esfuerzo en las empresas arduas. Nobleza heredada de los mayores.

Hábito: Modo especial de proceder o conducirse, adquirido por repetición de actos iguales o semejantes, u originado por tendencias instintivas.

Humildad. Virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades, y en obrar de acuerdo con este conocimiento.

Moderación. Cordura, sensatez, templanza en las palabras o acciones. Templar, ajustar, arreglar algo, evitando el exceso. Moderar las pasiones.

Mortificación. Afligir, desazonar o causar pesadumbre o molestia. Domar las pasiones castigando el cuerpo y refrenando la voluntad.

Orden. Colocación de las cosas en el lugar que les corresponde. Concierto, buena disposición de las cosas entre sí. Regla o modo que se observa, para hacer las cosas. Serie o sucesión de las cosas.

Paciencia. Capacidad de padecer o soportar algo sin alterarse. Capacidad para hacer cosas pesadas o minuciosas. Facultad de saber esperar, cuando algo se desea mucho.

Prevención. Preparación y disposición que se hace anticipadamente, para evitar un riesgo o ejecutar algo. Disponer con anticipación, prepararse de antemano para algo.

Responsabilidad. Cargo u obligación moral, que resulta para alguien del posible equívoco, en cosa o asunto determinado. Capacidad existente en todo sujeto activo, de derecho para reconocer y aceptar, las consecuencias de un hecho realizado libremente.

Sacrificio. Acto de abnegación, inspirado por la vehemencia del amor. Peligros o trabajos graves, a que se somete una persona. Acción a que alguien se sujeta con gran repugnancia, por consideraciones que a ello le mueven.

Sencillez. Que carece de ostentación y adornos. Dicho del estilo: Que carece de exornación y artificio, y expresa ingenua y naturalmente los conceptos. Dicho de una persona: Natural, espontánea, que obra con llaneza. Ingenuo en el trato, sin doblez, ni engaño, y que dice lo que siente.

Templanza. Una de las cuatro virtudes cardinales, que consiste en moderar los apetitos y el uso excesivo de los sentidos, sujetándolos a la razón. Moderación, sobriedad y continencia.

Trabajo, Obra, resultado de la actividad humana. Esfuerzo humano, aplicado a la producción de riqueza, en contraposición al capital.

10 Conceptos morales sobre los ahorros familiares:

Administrarás los ahorros familiares, con la máxima inteligencia, basada en una buena educación financiera, siempre dirigida a hacer el bien en la familia y en la sociedad, a través de crear riqueza con las inversiones.

Administrarás los ahorros familiares bajo los principios éticos y morales del cristianismo, inculcados en la familia, evitando el despilfarro, el derroche, el consumismo, el dilapidar, la gula, la pereza, etc.

Administrarás los ahorros familiares, bajo el cumplimiento de las virtudes y valores humanos, sin dejarse llevar por los excesos.

Administraras los ahorros familiares con honestidad, evitando la avaricia.

Administraras los ahorros familiares sin orgullo de sabelotodo, y si es necesario o conveniente, pidiendo consejo y ayuda a los profesionales.

Administraras los ahorros familiares teniendo en cuenta, que el dinero es un medio y no un fin, por lo que no se justifica realizar malas acciones, para conseguirlo y ahorrarlo.

Administrarás los ahorros familiares, basándote en la diligencia y comportamiento que debe tener un buen padre de familia.

Administrarás los ahorros familiares, de forma que concuerden con un estilo y calidad de vida, llevada sin exageraciones, ni influencias amorales, de la sociedad.

Administrarás los ahorros familiares supeditando la seguridad, rentabilidad y expansión, a otras tentaciones.

Administrarás los ahorros familiares sabiendo, que la riqueza no se mide por lo que se tiene, sino por lo que no se desea y por lo que se puede prescindir.
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