El Circulo del Resentimiento, Lecturas - Estar o Ser Resentido

. Una persona está sentida cuando, por algún suceso concreto, se encuentra interiormente dolida y permanece este dolor dentro. Cosa muy normal, humana y que todos experimentamos.

¿Estoy sentido o soy resentido?
. Cuando este sentimiento se ha convertido en una forma de ser, cuando yo, no sólo estoy sentida, sino me siento con facilidad, entonces soy una persona resentida

Cuando alguien ya no sólo está, sino que es resentido, sus reacciones afloran continuamente y a veces en forma agresiva, incluso ante situaciones que no son ofensivas. Esto deriva de situaciones que no se han aceptado y perdonado y por esto aparecen una y otra vez robando la paz del alma.

Es importante detenernos aquí y pensar si dentro de nosotros mismos estamos sentidos o somos resentidos.

Dentro del estar y ser resentidos hay algunos Aliados que facilitan convertirnos en personas resentidas e incapaces de disculpar y mucho menos perdonar. Estas son: el egocentrismo, el sentimentalismo, la imaginación y la inseguridad. En esta sesión del curso hablaremos del primero

El egocentrismo y el olvido de sí

El egocentrismo es la tendencia a girar en torno a nosotros mismos, convertirnos en el centro de nuestros pensamientos y punto de partida de todas las acciones. La persona egocéntrica cambia constantemente de humor porque de demasiada importancia a todo lo que a ella se refiere especialmente si se trata de cosas negativas por parte de los demás.

San José María Escrivá afirmaba que “las personas que están pendientes de sí mismas, que actúan buscando sólo su propio bien, son inevitablemente infelices y desgraciadas. Sólo quien se olvida de sí y se entrega a Dios y a los demás puede ser dichoso en la tierra con una felicidad que es preparación y anticipo del cielo”.

El siguiente cuestionario nos ayudará a reflexionar sobre nuestra capacidad de egocentrismo y olvido de sí

1. ¿Suelo usar la palabra yo para empezar cualquier frase?

2. ¿Me dejan indiferentes las noticias de catástrofes, accidentes y permanezco ajeno en general?

3. ¿Oro por los demás? ¿especialmente por aquellos que se encuentran en mayor dificultad en su vida?

4. ¿Suelo interpretar mal la forma de actuar de los demás? ¿Si no de todos al menos de algunas? ¿O he formado la costumbre de mirar todo con ojos de bondad, de disculpa, de aceptación?

5. ¿Me molesta tratar a las personas que me son antipáticas? ¿Trato de noten mi antipatía?

6. ¿Impongo constantemente mi parecer? ¿Creo que sólo yo tengo la razón? ¿no me gusta recibir consejos? ¿O sé cambiar de opinión con sencillez? ¿reconozco ante los demás cuando me equivoco?

7. ¿Me alegran sinceramente los éxitos ajenos? ¿se hablar bien de los demás? ¿O soy altanero (a), brusco(a)?

8. ¿Renuncio a mis gustos o caprichos personales para complacer a mi esposo (a), hijos, compañeros de trabajo, a cualquiera? ¿o más bien nunca tengo tiempo para agradecer o hacer favores?


¿Cómo olvidarnos de nosotros mismos?

La respuesta como ya lo mencionamos anteriormente es mediante la entrega a Dios y a los demás. Un gran ejemplo de olvido de sí, es el que nos dio la Madre Teresa De Calcuta, cundo le preguntaban por su salud decía: “no sé, no he pensado en ello, tengo tantas cosas que hacer por los demás como para pensar en mi propia salud”.

Danos tu comentario