¿Cómo acercar a mi esposo e hijos a Dios?


¿Cómo enseñar a rezar a los hijos?
José A. Pagola
www.aciprensa.com

Porque, aunque se esté perdiendo la costumbre, es responsabilidad de los padres.

Hoy, en muchas de nuestras familias, ya no se reza. Y empiezan las justificaciones: nos da pena proponer a la familia; la oración parece algo forzado, artificial, no nos sale dentro; los hijos son demasiado pequeños o demasiado crecidos... Sin embargo, la oración en familia es hoy posible. El primer paso lo tiene quedar la pareja aprendiendo a orar ellos juntos. Una oración en pareja, sencilla, normal, sin demasiadas complicaciones, hace bien a la pareja creyente y es la base para asegurar la oración en los hijos.


Provocar el ambiente apropiado
La oración en familia pide un cierto clima. Algunas familias llegan a reservar en la casa un lugar o "rincón de oración" especialmente destinado para orar, como expresión de que se le deja a Dios un sitio en la casa. Es un rincón preparado con alguna Biblia, un Cirio, alguna planta, que se puede adornar de manera apropiado en algunos tiempos litúrgicos.
También se puede cuidar más lo que entra en el hogar (cierto tipo de revistas, videos, libros, cassettes, programas de TV). No es difícil hoy suscribirse alguna revista cristiana, comprar libros sanos y educativos para los hijos, Evangelios y Biblia para los niños, cassettes con grabaciones para orar, grabación del Rosario.
Se puede también introducir algún símbolo, imagen o signo religioso de buen gusto. Los lugares más apropiados son, sin duda, la sala de estar donde la familia se reúne para descansar, hablar o ver la tele, y las habitaciones de los hijos donde, entre otros pósters y objetos variados, pueden haber algunos te tipo religioso, algún recuerdo de la primera comunión o de la confirmación, los Evangelios, alguna imagen de Jesús.

Saber enseñarles
Antes que nada, es necesario que el niño vea rezar sus padres. Si ve a sus padres rezar sin prisas, quedarse en silencio, cerrar los ojos, ponerse de rodillas, desgranar las cuentas del Rosario, poner el Evangelio en el centro de la mesa después de haberlo leído despacio, el niño que capta y críticamente la importancia de estos momentos, percibe la presencia de Dios en el hogar como algo bueno, aprende un lenguaje religioso, palabras y signo que quieran grabados en su experiencia, aprende unas actitudes y se va despertando en el la sensibilidad religiosa.
Nada puede sustituir a esta experiencia. Pero, además, es necesario orar con los hijos. Los niños aprenden a orar rezando con su padres. Hay que hacerlo participar en la oración, que aprendan hacer los gestos, a repetir algunas fórmulas sencillas, algún canto, a estar en silencio hablando Dios. El niño ora como ve orar. Llegará un momento en el que el mismo podrá bendecir la mesa, iniciar una oración o leer el Evangelio con la mayor naturalidad. La oración queda grabada en su experiencia como algo bueno, que pertenece a la vida de la familia, como el reunirse, el hablar, el reír, el discutir o el divertirse.
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Lucha por tu matrimonio


Los siete secretos de un amor para toda la vida
Autor: Carlota de Barcino
www.mujernueva.org

La vida matrimonial está llena de momentos para construirla con mayor solidez, a través de una amplia variedad de detalles y manifestaciones de amor.



Cuando Bartolomé habla de Maria Luisa, la más tierna de sus sonrisas ilumina su rostro. No hay mujer más elegante, atractiva, buena y hermosa que su esposa. Y no puede imaginar un viaje de negocios sin su compañía: ella es su mejor “relaciones públicas”, animada conversadora en cualquier idioma, sensible y delicada con los compañeros de trabajo de su marido, y con sus esposas. De hecho, no recuerda un solo viaje en que no hayan sido generosamente agasajados por sus anfitriones con una entrañable cena familiar.

Bartolomé refleja en su mirada que el matrimonio ha llenado su vida con todo lo que una persona podría desear. Se siente seguro, realizado, y es siempre un placer programar sus viajes y momentos a solas con su mujer.

Ella lo sabe todo sobre él; y él conoce hasta los más íntimos sentimientos de ella. De vez en cuando discuten, pero saben cómo reconciliarse. Es un ejercicio que sale casi de manera natural. En realidad, Maria Luisa y Bartolomé no están en su fase de “luna de miel”. Cuarenta años de matrimonio, cuatro hijos y cinco nietos no han hecho más que consolidar su amor. Se conocieron siendo muy jóvenes, y desde entonces están profundamente enamorados.

Está claro que Maria Luisa y Bartolomé, al igual que muchas parejas que conocemos, han logrado la felicidad en el matrimonio: su amor es para toda la vida. Han comprendido que una relación satisfactoria y duradera no sucede al azar, sino que la vida matrimonial está llena de momentos para construirla con mayor solidez, a través de una amplia variedad de detalles y manifestaciones de amor.

Los Secretos de un amor profundo, tierno y duradero

1. Busca siempre el segundo lugar
“Poner al otro por encima de uno mismo”. Muchos de los matrimonios que se rompen lo hacen por no vivir esta sencilla máxima. El egoísmo no funciona en un matrimonio. A menudo las parejas son más egoístas entre sí que con sus amigos. Se preocupan por estar al tanto de los éxitos y acontecimientos en la vida de sus amigos, por buscar áreas de interés común, y ceder para evitar romper una amistad. Y sin embargo, no ponen la misma energía cuando se trata de la relación con su esposo/a. 

Los mejores matrimonios son aquellos en los que rige el principio de dar en lugar de recibir, donde los esposos colocan las necesidades, aspiraciones, esperanzas y sueños de su pareja por delante de los propios. 

Si uno de los dos pone en práctica este principio con constancia, es altamente probable que el otro responda de manera recíproca y espontánea con el mismo amor, cariño, entrega y consideración.




2. Sé generoso en tus halagos
Al menos una vez al día, busca algo positivo que decir a tu esposo/a. Siempre puedes encontrar en la otra persona algo que sea noble, correcto, puro, amable, admirable, excelente o digno de ser alabado. Piensa en estas cosas, pon atención a lo largo del día. Para asegurar un amor para toda la vida, debes ser el “fan número uno” de tu esposo/a.

Samuel Johnson escribió en el s. XVIII: “El aplauso de un solo ser humano tiene grandes consecuencias en la vida de una persona”. El famoso psicólogo John Gottman, que estudió a 2.000 matrimonios, afirma que por cada comentario o acción negativa se precisan al menos cinco positivas que las puedan contrarrestar, para que el amor de la pareja se mantenga fresco. Gottman recomienda todos los piropos, sonrisas y manifestaciones de ternura posibles, al tiempo que advierte contra la crítica, el rencor y las actitudes defensivas.

Así pues, halaga a tu esposo/a por todo aquello que es admirable en él / ella. Si es honrado/a, dile cuánto te agrada que lo sea; si es fiel, explícale lo maravilloso que es poder contar siempre con él/ella; si es dependiente o inseguro/a, dile lo bien que te sientes pudiendo apoyarle y sintiendo cuánto cuenta tu opinión; y si está muy seguro/a de sí mismo/a, puedes expresar la seguridad que esa virtud te aporta también a ti.




3. En tiempos de crisis, sed uno solo


Nada une más a unos esposos que permanecer unidos en tiempos de crisis. El psicólogo Paul Pearsall, autor de “Laws of Lasting Love” describe cómo la fortaleza de su esposa, siempre a su lado durante el tiempo en que se enfrentó a un terrible cáncer, le ayudó a superar los fatalistas pronósticos de sus doctores. Pearsall relata cómo su mujer le agarró con fuerza y le llevó de un médico a otro hasta que dieron con uno que pudo salvar su vida: “éramos uno solo; nos movíamos a un tiempo, con la esperanza de encontrar un doctor que no confundiera el diagnóstico con un veredicto. Nunca habría podido caminar a mi curación por mí mismo”.

Otro caso muy conocido es el del actor Christopher Reeves. Una caída mientras cabalgaba produjo al protagonista de “Superman” una paraplejia irreversible. El libro escrito por su esposa, “Still Me”, ha batido record de ventas narrando cómo su matrimonio alcanzó plenitud a partir de ese momento. La fortaleza de esta mujer y su apoyo incondicional sostienen la voluntad de su marido por seguir viviendo. Y ambos han sido capaces de encontrar la felicidad permaneciendo unidos ante las dificultades más terribles. 




4. Pasad mucho tiempo juntos


Es un mito que las parejas felices tienen vidas, intereses y actividades independientes. Para escribir su libro “Lucky in Love: The Secrets of Happy Couples and How Their Marriages Thrive”, la psicóloga Catherine Johnson entrevistó matrimonios de todos los Estados Unidos que llevan casados entre 7 y 55 años. Más de la mitad describieron su matrimonio como “muy feliz”. 

Johnson se dio cuenta de que una característica común a todas las parejas felices era que pasaban bastante tiempo juntos, a pesar de no compartir los mismos intereses. En su opinión, la idea de que “es esencial mantener identidades separadas” es errónea. Estas parejas supieron encontrar una “identidad compartida”. A lo largo del tiempo, habían dejado de sentirse “individuos” y se sentían “casados” en lo más profundo de su corazón. Si este proceso no se da, el matrimonio tendrá problemas.




5. Cree siempre lo mejor, y no lo peor, de tu esposo/a


Seguramente habrán oído en alguna celebración religiosa del matrimonio, la famosa lectura que termina con la frase: “El amor todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”. 

Éstas son las pautas para creer siempre lo mejor del otro. 

Lamentablemente, muchas parejas despojan a su relación de toda alegría, esperanza y amor, simplemente porque olvidan los aspectos positivos de su pareja y ven sólo lo negativo. Y esto tiene terribles consecuencias en el matrimonio. 

El escritor John Powell indica acertadamente: “Son las actitudes las que hacen que una misma experiencia sea agradable o dolorosa”. En el matrimonio también sucede así: es necesario mantener una actitud positiva hacia la pareja, educando los ojos y la mente para encontrar lo positivo que tiene incluso el rasgo que menos agradable nos resulta:

Si crees que tu esposa es “chismosa”, dale a ese rasgo la característica de una cualidad: es sociable, abierta y expresiva, y sus comentarios nunca son hirientes.

Si sientes que tu esposo habla demasiado, trata de ver que podría ser introvertido, huraño y difícil de trato. Y de esta manera, siempre sabes cómo piensa y se siente.

Si crees que tu pareja es demasiado “seria y aburrida”, trata de agradecer que siempre dará a las cosas el peso y la importancia que merecen, que ponderará lo que dice y hace, evitando malos entendidos y discusiones impulsivas. 

Si te parece que el otro es “demasiado débil y no sabe decir que no”, valora su buen carácter, su amabilidad, su capacidad de comprender y ayudar a los demás.

En lugar de calificar a tu esposo como “demasiado estricto”, seguro que puedes describirlo también como disciplinado, maduro, reflexivo y fiel a sus principios.

Además de “excesivamente extrovertida”, es muy probable que tu mujer sea a la vez vitalista, positiva, entusiasta y alegre.




6. Expresa tu amor frecuentemente y con creatividad


“Hola, cariño. Sólo te escribo esta notita para que sepas cuánto te quiero y te echo de menos. ¡Date prisa en volver junto a mí!”. 
Jennifer sonríe cada vez que lee ese papelito doblado que ha guardado durante meses en su bolso. Durante sus siete años de matrimonio, se ha visto obligada a viajar mucho por su trabajo en una empresa consultora. Cuando llega a un hotel, se siente sola y desanimada. Pero William lo sabe y ha logrado suavizar esos sentimientos mostrándole su amor de mil maneras distintas. Ella sonríe y se ilumina su expresión cuando recuerda los divertidos detalles de su marido: cartas escondidas en su maleta, postales, poesías, regalitos, fotos y hasta galletas, su chocolate favorito o unos caramelos... “Me siento como en casa cuando descubro sus detalles: todo me recuerda cuánto me ama, y me ayuda a seguir adelante a pesar de echarle tanto de menos”. 

Piensa tú también en qué forma especial e inesperada puedes sorprender a tu esposo/a, recordándole que es lo más importante de tu vida.




7. Haz de vuestro matrimonio tu prioridad


La psicóloga Judith Wallerstein, en un estudio sobre 50 matrimonios felices, destaca que todos ellos declararon que construir un matrimonio sólido y duradero había sido el compromiso más importante de toda su vida de adultos. Es un gran consejo para asegurar un amor para toda la vida.



Decálogo del Matrimonio Feliz

• Nunca estéis enfadados los dos a la vez.
• No os gritéis jamás, a no ser que la casa se incendie.
• Si uno de los dos debe ganar una discusión, deja que sea el otro.
• Si tienes que criticar, hazlo con amor y delicadeza.
• Nunca menciones errores del pasado.
• Olvídate del mundo entero antes que de tu pareja.
• Nunca os vayáis a dormir sin haber hecho las paces por una discusión.
• Al menos una vez al día, hazle un comentario amable o ten un gesto de amor.
• Cuando te hayas equivocado, admítelo y pide perdón. Si se equivoca, perdónale.
• Se necesitan dos para una pelea, y quien no tiene la razón es normalmente el que más habla.
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Como tratar a un hijo rebelde


"¡Quiero esto y lo quiero ahora!": por qué se convierten en pequeños tiranos

Descubrimos cuáles son las tres fases para criar niños déspotas y los cinco límites para evitarlo.

Carlota Falcó Vich
ForumLibertas.com



Los niños y los jóvenes siempre han tenido conductas rebeldes propias de su edad. Pero últimamente, las noticias de sucesos han alcanzado un protagonismo alarmante. Muchos padres han pasado a ser las víctimas de las conductas agresivas de sus hijos.
En un artículo de la revista XarxaFarma, Laura García Agustín, psicóloga directora del Centro Psicológico Clavesalud de Madrid nos explica cuáles son las conductas más indicativas que llevan a un niño a convertirse en un tirano. Por otro lado, nos desvela cuáles podrían ser las soluciones para evitarlo.
Volviendo a los sucesos que ocurren hoy en día, los datos extraídos en las Jornadas sobre violencia interfamiliar nos indican que las denuncias impuestas por padres, supuestamente agredidos por sus hijos, se han multiplicado por tres en los últimos años en la Comunidad Valenciana y por ocho, en los últimos cuatro años en Cataluña y en el País Vasco.
Asimismo, los casos de bullying en las escuelas son cada vez más frecuentes y todo nos hace apuntar a que cabría preguntarse qué está pasando alguna cosa con nuestros jóvenes.
La voz de los expertos
La mayoría de expertos en el tema coinciden en la idea de que los factores desencadenantes de esta situación son: la educación hedonista, la falta de tiempo compartido con los padres, la influencia de los medios de comunicación y sobretodo, la falta de límites ante los intereses personales de los jóvenes.
“Es obvio que se ha pasado de una situación de respeto, casi de miedo, hacia el padre o la autoridad a una falta de límites en la cual los jóvenes quieren imponer su ley de exigencia”, explica Javier Urra en su libro El pequeño dictador. Cuando los padres son las víctimas.
La psicóloga Laura García divide en tres fases las conductas que indican el desarrollo de un niño que puede llegar a convertirse en un agresor.




1. La cultura de la inmediatez
La primera de ellas es: el niño caprichoso. Se convierte en amo de su casa en el sentido de que o se hace lo que él quiere, o su conducta cambia y la convivencia se convierte en algo muy difícil de llevar. La casa se convierte en un autentico campo de batalla.

 Son niños caprichosos, con una autoestima exagerada y un ego colosal como resultado de una sobreprotección excesiva y perniciosa de sus padres. Lo que quieren, lo quieren al momento y no admiten un ‘no’ como respuesta. Han aprendido a chantajear para conseguir aquello que quieren, incluso a exigir y a amenazar. Son niños fruto de la cultura de la inmediatez que no han podido aprender el valor de las cosas. 



2. Yo, soy el rey
La segunda fase la denominan síndrome del emperador. Según el profesor de la Universidad de Valencia, Vicente Garrido, esta fase se caracteriza por una violencia persistente y global y de carácter evolutivo. 

 El experto explica que esta conducta suele empezar con el abandono del esfuerzo para los estudios, sigue con amenazas a los padres y pasa a los abusos psicológicos. Alerta también que en algunos casos puede llegar a las agresiones físicas. 

 Este síndrome está caracterizado por factores como el poco miedo a ser castigados o la insensibilidad emocional, factor en que la educación ejerce un papel fundamental. “Cuanto más insensible sea el menor, menos efectiva será su educación”, dice Garrido.

 Es muy importante hacer un esfuerzo para identificar a los jóvenes violentos y ayudar a los padres en su educación antes de que sea demasiado tarde, concluye el experto.



3. La dictadura agresiva

Con la tercera fase llega el grado máximo de ‘capricho tiránico’. La agresión a los padres es una situación que cada vez se ve más en los juzgados. La situación empieza con insultos, gritos, chantajes emocionales y amenazas y en el peor de los casos, llegan las agresiones físicas.

 “Es un error”, explica Urra, justificar su conducta por su fuerte carácter o porque aguanta mucha presión en la escuela. 

 Los padres inmaduros, con miedo y fácilmente manipulables sienten vergüenza hacia los demás y no cuentan su situación. “Ven a su hijo como una pesadilla”, dice Javier Urra. 

 Las presiones pueden llegar en edades muy tempranas, a veces a los 8 u 9 años, pero es más adelante cuando el hijo puede convertirse en un dictador. 

 El estudio de la violencia de los jóvenes en la familia: una aproximación a los menores denunciados por su padres constata que el 14% de los casos denunciados por violencia doméstica están protagonizados por menores.

 Para los especialistas en esta materia la mejor prevención para todas estas actitudes es la de establecer limitaciones con eficacia.




La prevención de una pesadilla tiene cinco soluciones

1. Coger las riendas: los padres han de educar y han de actuar como modelos competentes para sus hijos. Su trabajo es establecer los límites y las normas y hacer que se cumplan, enseñarles los valores adecuados, la disciplina y el valor del esfuerzo. Hay que acostumbrarles a la espera, no hay que acudir inmediatamente cuando ellos lo digan, así aprenderán también a poner sus propias soluciones ante los problemas.

2. Pautas y órdenes claras: para que una orden o instrucción sea eficaz tiene que seguir una serie de pautas. La orden hay que decirla una sola vez, especificando la conducta que se quiere de manera clara. Tiene que hacerse en el momento óptimo y tiene que ir acorde con la edad del niño, sin amenazas pero con mano dura. Es muy importante, comenta Javier Urra, establecer las consecuencias para una posible desobediencia.

3. Restituir el papel del ‘no’: en los últimos años, muchas teorías insisten sobre la cantidad inmensa de negaciones que puede tener una criatura desde pequeña, y cómo esto se refleja en inseguridad y desconfianza cuando es mayor. Pero también se pasa muchas veces de la negociación a la aprobación total. “Hay muchas situaciones en las que hace falta decir ‘no’ simplemente porque la necesidad de otro es más importante”, dice Betsy Hart, experta en educación infantil en su libro Sin miedo a educar.

4. Mantenerse fuerte delante de los enfados: según un estudio realizado en la Universidad de Pensilvana, Estados Unidos, los niños que presentan una tendencia más importante a los enfados temperamentales tienen más posibilidades de sufrir problemas emocionales cuando crecen. Los resultados reflejaban que estos niños presentan unos niveles más bajos de satisfacción vital, felicidad y autoestima en su vida adulta. Además, tienen menos comunicación con sus familiares, relaciones más pobres con sus padres y, en general, dificultad para intimar con los demás.

5. Mostrarse seguros: “la respuesta del niño es directamente proporcional a la seguridad más o menos grande con la que se muestran sus padres delante de él”, señala Javier Urra. Los niños tienen una especie de radar para identificar el estado emocional de los padres y según esto, actuaran con mayor o menor insistencia para conseguir lo que se plantean. Por eso es tan importante mostrarse seguros ante los hijos, porque así, verán que no tienen nada que hacer.
Los niños tiranos no nacen, se hacen. Por eso es tan importante plantearse cómo será su educación “antes de que el niño nazca”, concluye Javier Urra. Sólo así sabrán cómo actuar y afrontar los problemas ante las situaciones adversas que se les presenten.
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Los demonios de la ira


El control de la ira
Alfoso Aguiló

Cuando alguien recibe un agravio, o algo que le parece un agravio, si es persona poco capaz de controlarse, es fácil que eso le parezca cada vez más ofensivo, porque su memoria y su imaginación avivan dentro de él un gran fuego gracias a que da vueltas y más vueltas a lo que ha sucedido.



La pasión de la ira tiene una enorme fuerza destructora. La ira es causa de muchas tragedias irreparables. Son muchas las personas que por un instante de cólera han arruinado un proyecto, una amistad, una familia. Por eso conviene que antes de que el incendio tome cuerpo, extingamos las brasas de la irritación sin dar tiempo a que se propague el fuego.

La ira es como un animal impetuoso que hemos de tener bien asido de las bridas. Si cada uno recordamos alguna ocasión en que, sintiendo un impulso de cólera, nos hayamos refrenado, y otro momento en que nos hayamos dejado arrastrar por ella, comparando ambos episodios podremos fácilmente sacar conclusiones interesantes. Basta pensar en cómo nos hemos sentido después de haber dominado la ira y cómo nos hemos sentido si nos ha dominado ella. Cuando sucede esto último, experimentamos enseguida pesadumbre y vergüenza, aunque nadie nos dirija ningún reproche.

Basta contemplar serenamente en otros un arrebato de ira para captar un poco de la torpeza que supone. Una persona dominada por el enfado está como obcecada y ebria por el furor. Cuando la ira revuelve y agita a un hombre, es difícil que sus actos estén previamente orientados por la razón. Y cuando esa persona vuelve en sí, se atormenta de nuevo recordando lo que hizo, el daño que produjo, el espectáculo que dio. Piensa en quiénes estuvieron presentes, en esas personas en cuya presencia entonces quizá no reparaba, pero que ahora le inquieta recordar. Y tanto si eran gente amiga o menos amiga, se siente ante ellos profundamente avergonzado.


La ira suele tener como desencadenante una frustración provocada por el bloqueo de deseos o expectativas, que son defraudados por la acción de otra persona, cuya actitud percibimos como agresiva. Es cierto que podemos irritarnos por cualquier cosa, pero la verdadera ira se siente ante acciones en las que apreciamos una hostilidad voluntaria de otra persona.

Como ha señalado José Antonio Marina, el estado físico y afectivo en que nos encontremos influye en esto de forma importante. Es bien conocido cómo el alcohol predispone a la furia, igual que el cansancio, o cualquier tipo de excitación. También los ruidos fuertes o continuos, la prisa, las situaciones muy repetitivas, pueden producir enfado, ira o furia. En casos de furia por acumulación de diversos sumandos, uno puede estar furioso y no saber bien por qué.


¿Y por qué unas personas son tan sociables, y ríen y bromean, y otras son malhumoradas, hurañas y tristes; y unas son irritables, violentas e iracundas, mientras que otras son indolentes, irresolutas y apocadas? Sin duda hay razones biológicas, pero que han sido completadas, aumentadas o amortiguadas por la educación y el aprendizaje personal: también la ira o la calma se aprenden.

Muchas personas mantienen una conducta o una actitud agresiva porque les parece encontrar en ella una fuente de orgullo personal. En las culturas agresivas, los individuos suelen estar orgullosos de sus estallidos de violencia, pues piensan que les proporcionan autoridad y reconocimiento. Es una lástima que en algunos ambientes se valoren tanto esos modelos agresivos, que confunden la capacidad para superar obstáculos con la absurda necesidad de maltratar a los demás.

Las conductas agresivas se aprenden a veces por recompensa. Lamentablemente, en muchos casos sucede que las conductas agresivas resultan premiadas. Por ejemplo, un niño advierte enseguida si llorar, patalear o enfadarse son medios eficaces para conseguir lo que se propone; y si eso se repite de modo habitual, es indudable que para esa chica o ese chico será realmente difícil el aprendizaje del dominio de la ira, y que, educándole así, se le hace un daño grande.
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Fidelidad: una necesidad urgente


El valor de la fidelidad matrimonial
D. Alfonso López Quintás
Entrevista realizada por María Angela Almacellas para conocer el papel que juega la fidelidad en la vida matrimonial.



¿Es la fidelidad actualmente un valor en crisis? ¿A qué se debe el declive actual de la actitud fiel?

A juzgar por el número de separaciones matrimoniales que se producen, la fidelidad conyugal es un valor que se halla actualmente cuestionado. Entre las múltiples causas de tal fenómeno, deben subrayarse diversos malentendidos y confusiones:

Se confunde, a menudo, la fidelidad y el aguante. Aguantar significa resistir el peso de una carga, y es condición propia de muros y columnas. La fidelidad supone algo mucho más elevado: crear en cada momento de la vida lo que uno, un día, prometió crear. Para cumplir la promesa de crear un hogar con una persona, se requiere soberanía de espíritu, capacidad de ser fiel a lo prometido aunque cambien las circunstancias y los sentimientos que uno pueda tener en una situación determinada. Para una persona fiel, lo importante no es cambiar, sino realizar en la vida el ideal de la unidad en virtud del cual decidió casarse con una persona. Pero hoy se glorifica el cambio, término que adquirió últimamente condición de "talismán": parece albergar tal riqueza que nadie osa ponerlo en tela de juicio. Frente a esta glorificación del cambio, debemos grabar a fuego en la mente que la fidelidad es una actitud creativa y presenta, por ello, una alta excelencia.

Si uno adopta una actitud hedonista y vive para acumular sensaciones placenteras, debe cambiar incesantemente para mantener cierto nivel de excitación, ya que la sensibilidad se embota gradualmente.

Esta actitud lleva a confundir el amor personal -que pide de por sí estabilidad y firmeza- con la mera pasión, que presenta una condición efímera.

De ahí el temor a comprometerse de por vida, pues tal compromiso impide el cambio. Se olvida que, al hablar de un matrimonio indisoluble, se alude ante todo a la calidad de la unión. El matrimonio que es auténtico perdura por su interna calidad y valor. La fidelidad es nutrida por el amor a lo valioso, a la riqueza interna de la unidad conyugal. Ob-ligarse a dicho valor significa renunciar en parte a la libertad de maniobra -libertad de decisión arbitraria- a fin de promover la auténtica libertad humana, que es la libertad para ser creativo. La psicóloga norteamericana Maggie Gallagher indica, en su libro Enemies of Eros, que millones de jóvenes compatriotas rehuyen casarse por pensar que no hay garantía alguna de que el amor perdure. Dentro de los reducidos límites de seguridad que admite la vida humana, podemos decir que el amor tiene altas probabilidades de perdurar si presenta la debida calidad. El buen paño perdura. El amor que no se reduce a mera pasión o mera apetencia, antes implica la fundación constante de un auténtico estado de encuentro, supera, en buena medida, los riesgos de ruptura provocados por los vaivenes del sentimiento.


Si la fidelidad se halla por encima del afán hedonista de acumular gratificaciones, ¿qué secreto impulso nos lleva a ser fieles?

La fidelidad, bien entendida, brota del amor a lo valioso, lo que se hace valer por su interna riqueza y se nos aparece como fiable, como algo en lo que tenemos fe y a lo que nos podemos confiar. Recordemos que las palabras fiable, fe, confiar en alguien, confiarse a alguien... están emparentadas entre sí, por derivarse de una misma raíz latina: fid. El que descubre el elevado valor del amor conyugal, visto en toda su riqueza, cobra confianza en él, adivina que puede apostar fuerte por él, poner la vida a esa carta y prometer a otra persona crear una vida de hogar. Prometer llevar a cabo este tipo de actividad es una acción tan excelsa que parece en principio insensata. Prometo hoy para cumplir en días y años sucesivos, incluso cuando mis sentimientos sean distintos de los que hoy me inspiran tal promesa. Prometer crear un hogar en todas las circunstancias, favorables o adversas, implica elevación de espíritu, capacidad de asumir las riendas de la propia vida y estar dispuestos a regirla no por sentimientos cambiantes sino por el valor de la unidad, que consideramos supremo en nuestra vida y ejerce para nosotros la función de ideal.


Según lo dicho, no parece tener sentido confundir la fidelidad con la intransigencia...

Ciertamente. El que es fiel a una promesa no debe ser considerado como terco, sino como tenaz, es decir, perseverante en la vinculación a lo valioso, lo que nos ofrece posibilidades para vivir plenamente, creando relaciones relevantes. Ser fiel no significa sólo mantener una relación a lo largo del tiempo, pues no es únicamente cuestión de tiempo sino de calidad. Lo decisivo en la fidelidad no es conseguir que un amor se alargue indefinidamente, sino que sea auténtico merced a su valor interno.

Por eso la actitud de fidelidad se nutre de la admiración ante lo valioso. El que malentiende el amor conyugal, que es generoso y oblativo, y lo confunde con una atracción interesada no recibe la fuerza que nos otorga lo valioso y no es capaz de mantenerse por encima de las oscilaciones y avatares del sentimiento. Será esclavo de los apetitos que lo acucian en cada momento. No tendrá la libertad interior necesaria para ser auténticamente fiel, es decir, creativo, capaz de cumplir la promesa de crear en todo instante una relación estable de encuentro.

Así entendida, la fidelidad nos otorga identidad personal, energía interior, autoestima, dignidad, honorabilidad, armonía y, por tanto, belleza. Recordemos la indefinible belleza de la historia bíblica de Ruth, la moabita, que dice estas bellísimas palabras a Noemí, la madre de su marido difunto: “No insistas en que te deje y me vuelva. A dónde tú vayas, iré yo; donde tú vivas, viviré yo; tu pueblo es el mío, tu Dios es mi Dios; donde tú mueras, allí moriré y allí me enterrarán. Sólo la muerte podrá separarnos, y, si no, que el Señor me castigue”.


En Iberoamérica y en España parece concederse todavía bastante importancia a la fidelidad conyugal. ¿Cómo se conjuga esto con la crisis del valor de la fidelidad?

En estos países todavía se conserva en alguna medida la concepción del matrimonio como un tipo de unidad valiosa que debe crearse incesantemente entre los cónyuges. De ahí el sentimiento de frustración que produce la deslealtad de uno de ellos. Esto no impide que muchas personas se dejen arrastrar por el prestigio del término cambio, utilizado profusamente de forma manipuladora en el momento actual.


¿Puede decirse que lo que está en crisis actualmente son las instituciones a las que se debiera tener fidelidad?

Exige menos esfuerzo entender el matrimonio como una forma de unión que podemos disolver en un momento determinado que como un modo de unidad que merece un respeto incondicional por parte de los mismos que han contribuido a crearla. Este tipo de realidades pertenecen a un nivel de realidad muy superior al de los objetos. Hoy día vivimos en una sociedad utilitarista, afanosa de dominar y poseer, y tendemos a pensar que podemos disponer arbitrariamente de todos los seres que tratamos, como si fueran meros objetos. Esta actitud nos impide dar a los distintos aspectos de nuestra vida el valor que les corresponde. Nos hallamos ante un proceso de empobrecimiento alarmante de nuestra existencia.

Por eso urge realizar una labor de análisis serio de los modos de realidad que, debido a su alto rango, no deben ser objeto de posesión y dominio sino de participación, que es una actividad creadora. Participar en el reparto de una tarta podemos hacerlo con una actitud pasiva. Estamos en el nivel 1 de conducta. Participar en la interpretación de una obra musical compromete nuestra capacidad creativa. Este compromiso activo se da en el nivel 2. Para ser fieles a una persona o a una institución, debemos participar activamente en su vida, crear con ella una relación fecunda de encuentro –nivel 2–. Esta participación nos permite descubrir su riqueza interior y comprender, así, que nuestra vida se enriquece cuando nos encontramos con tales realidades y se empobrece cuando queremos dominarlas y servirnos de ellas, rebajándolas a condición de medios para un fin.


Al analizar la cuestión de la fidelidad, volvemos a advertir que la corrupción de la sociedad suele comenzar por la corrupción de la mente...

Sin duda. Es muy conveniente leer la Historia entre líneas y descubrir que el deseo de dominar a los pueblos suele llevar a no pocos dirigentes sociales a adueñarse de las mentes a través de los recursos tácticos de la manipulación. Si queremos ser libres y vivir con la debida dignidad, debemos clarificar a fondo los conceptos, aprender a pensar con rigor, conocer de cerca los valores y descubrir cuál de ellos ocupa el lugar supremo y constituye el ideal auténtico de nuestra vida.
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¿Qué es aceptar la voluntad de Dios?

¿Qué hay más liberador que la voluntad de Dios de que todos se salven?

Comentario del padre Raniero Cantalamessa –predicador de la Casa Pontificia– a las lecturas de la liturgia de la Misa del XXVI Domingo del tiempo ordinario (B)
ROMA, viernes, 6 enero 2006 (ZENIT.org)

Uno de los apóstoles, Juan, vio expulsar demonios en nombre de Jesús a uno que no era del círculo de los discípulos y se lo prohibió. Al contarle el incidente al Maestro, se oye que Él responde: «No se lo impidáis... El que no está contra nosotros, está por nosotros».


Se trata de un tema de gran actualidad. ¿Qué pensar de los de fuera, que hacen algo bueno y presentan las manifestaciones del Espíritu, sin creer aún en Cristo y adherirse a la Iglesia? ¿También ellos se pueden salvar?
La teología siempre ha admitido la posibilidad, para Dios, de salvar a algunas personas fuera de las vías ordinarias, que son la fe en Cristo, el bautismo y la pertenencia a la Iglesia. Esta certeza se ha afirmado sin embargo en época moderna, después de que los descubrimientos geográficos y las aumentadas posibilidades de comunicación entre los pueblos obligaron a tomar nota de que había incontables personas que, sin culpa suya alguna, jamás habían oído el anuncio del Evangelio, o lo habían oído de manera impropia, de conquistadores o colonizadores sin escrúpulos que hacían bastante difícil aceptarlo. El Concilio Vaticano II dijo que «el Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad de que, en la forma de sólo Dios conocida, se asocien a este misterio pascual» de Cristo, y por lo tanto se salven [Constitución Pastoral Gaudium et spes sobre la Iglesia y el mundo actual, n. 22. Ndt].
¿Ha cambiado entonces nuestra fe cristiana? No, con tal de que sigamos creyendo dos cosas: primero, que Jesús es, objetivamente y de hecho, el Mediador y el Salvador único de todo el género humano, y que también quien no le conoce, si se salva, se salva gracias a Él y a su muerte redentora. Segundo: que también los que, aún no perteneciendo a la Iglesia visible, están objetivamente «orientados» hacia ella, forman parte de esa Iglesia más amplia, conocida sólo por Dios.
Dos cosas, en nuestro pasaje del Evangelio, parece exigir Jesús de estas personas «de fuera»: que no estén «contra» Él, o sea, que no combatan positivamente la fe y sus valores, esto es, que no se pongan voluntariamente contra Dios. Segundo: que, si no son capaces de servir y amar a Dios, sirvan y amen al menos a su imagen, que es el hombre, especialmente el necesitado. Dice de hecho, a continuación de nuestro pasaje, hablando aún de aquellos de fuera: «Todo aquel que os dé de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo, os aseguro que no perderá su recompensa».
Pero aclarada la doctrina, creo que es necesario rectificar también algo más, y es la actitud interior, la psicología de nosotros, los creyentes. Se puede entender, pero no compartir, la mal escondida contrariedad de ciertos creyentes al ver caer todo privilegio exclusivo ligado a la propia fe en Cristo y a la pertenencia a la Iglesia: «Entonces, ¿de qué sirve ser buenos cristianos...?». Deberíamos, al contrario, alegrarnos inmensamente frente a estas nuevas aperturas de la teología católica. Saber que nuestros hermanos de fuera también tienen la posibilidad de salvarse: ¿qué existe que sea más liberador y qué confirma mejor la infinita generosidad de Dios y su voluntad de «que todos los hombres se salven» (1 Tm 2,4)? Deberíamos hacer nuestro el deseo de Moisés recogido en la primera lectura de este domingo: «¡Quisiera de Dios que le diera a todos su Espíritu!».
¿Debemos, con esto, dejar a cada uno tranquilo en su convicción y dejar de promover la fe en Cristo, dado que uno se puede salvar también de otras maneras? Ciertamente no. Sólo deberíamos poner más énfasis en el motivo positivo que en el negativo. El negativo es: «Creed en Jesús, porque quien no cree en Él estará condenado eternamente»; el motivo positivo es: «Creed en Jesús, porque es maravilloso creer en Él, conocerle, tenerle al lado como Salvador, en la vida y en la muerte».
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El chisme puede acabar con tu matrimonio


Para curar la chismeadicción
Autor: Fernando Pascual | Fuente: Análisis y Actualidad

Curar la chismeadicción es un trabajo ingente, pero vale la pena. Romper con los chismes será una gran conquista para muchos



La adicción a los chismes se da en diversas formas entre los seres humanos. Seguramente las dos formas más graves de adicción son la activa y la pasiva. En la activa, uno se convierte en promotor de chismes. En la pasiva, uno alimenta su corazón continuamente con chismes.

Las dos formas viven e interactúan conjuntamente: no hay narrador de chismes si no hay quienes escuchan chismes. Por lo mismo, las dos adicciones pueden ser sanadas simultáneamente.

Para curar la chismeadicción, lo primero es entender cómo funciona, de dónde surge y se alimenta. Hay chismes porque el ser humano tiene un deseo irrenunciable de conocer. Queremos saber los nombres de las estrellas y las distintas clases de mamíferos que existen; y también queremos conocer lo que ocurre detrás de las paredes del vecino o cuál es la última novia de un importante jugador de fútbol.

Algunos conocimientos son sanos, pero no siempre útiles. Otros son neutros: da igual saber o no saber algo sobre temas sin mayor transcendencia. Y otros conocimientos son malsanos: dañan a quien los difunde, a quien los “consume”, y a las víctimas que ven cómo se divulgan hechos de su vida privada que nadie debería difundir.

La curiosidad, por lo tanto, es el caldo de cultivo más fecundo para el mundo de los chismes. Normalmente es una curiosidad adaptada a cada uno: saber detalles de la vida privada de los vecinos me interesa más a mí que a quienes viven tres calles más abajo. Otras veces se trata de curiosidades promovidas por la fama de las personas: millones de personas siguen con avidez cualquier rumor, aunque sea falso, de su cantante favorito, o de aquel gran tenista, o de un político que tiene muchos amigos y muchos enemigos.

El camino que destruye la chismeadicción pasa, por lo tanto, por un sano control de la propia curiosidad. Ese control permite dejar de lado aquello que no es necesario saber para dedicar lo mejor del propio tiempo y de la inteligencia para temas serios, valiosos, exigentes, útiles, urgentes.

Llegar a ese control significa, por un lado, no iniciar el fuego incontenible de los chismes. A veces por casualidad, o porque nos dejamos llevar por la curiosidad malsana, o porque otros llegaron para contarnos “la última novedad”, llegamos a conocer un chisme nuevo e innecesario. En esos casos, y con un poco de esfuerzo, podemos ser como esas paredes que impiden la difusión del ruido: lo que llega a mis ojos o a mis oídos muere allí mismo, cuando se trata de algo que no debe ser divulgado, de un chisme que daña injustamente a los que son objeto del mismo.

Por otro lado, se puede aplicar a los chismes lo que se dice en Internet sobre los trolls (o troles, según el neologismo que se prefiera): cuanto más caso se hace a un chismoso tanto más fuerte se siente y se agrava en su enfermedad. Por lo mismo, para no “alimentar al chismoso”, lo mejor es no hacerle sentir que es importante. Cuesta ser tajante, pero una palabra sincera con la que digamos a quien ha caído en la chismoadicción que no queremos escuchar sus “noticias” puede llegar a ser el inicio de su curación (y una buena vacuna para no llegar a contagiarnos de una enfermedad sumamente agresiva).

Afrontar el tema de la chismeadicción sólo en clave represiva es una estrategia insuficiente. Lo mejor para no tener tiempo para difundir o para consumir chismes, como ya dijimos, es ocupar el corazón, la mente y el tiempo en actividades útiles, en lecturas provechosas, en temas importantes.

En un mundo donde la usura destruye miles de vidas, donde cada año son eliminados millones de hijos en el seno materno, donde hay banqueros que especulan sobre la pobreza de los pueblos, donde millones de personas viven sin esperanza, donde la droga destruye la psicología de jóvenes y adultos, ¿podemos permitirnos la curiosidad malsana que gasta nuestro tiempo en seguir las aventuras románticas de un cantante de moda?

Ciertamente, no podemos pasar toda la vida en temas serios. Conocer en qué tienda compró un familiar su corbata puede ser sano y hasta útil para ahorrar un poco. Pero estar un día sí y otro también a la caza de chismes, verdaderos o falsos, que absorben nuestras mentes y agotan nuestro tiempo, significa haber perdido el rumbo y caer en las redes de curiosidades destructivas.

Curar la chismeadicción es un trabajo ingente, pero vale la pena. Romper con los chismes será una gran conquista para muchos: para quienes han perdido parte de su tiempo en la tarea de divulgar “noticias” que no eran más que chismes dañinos; para quienes han nutrido su alma con bagatelas que en nada les ayudaban; y para tantos hombres y mujeres que han perdido su buena fama por culpa de chismosos sin escrúpulos.

Desde esa curación, de un modo bellamente sorprendente, descubriremos un enorme potencial de tiempo disponible para el bien, para la verdad, para la justicia. Con ese tiempo a disposición no sólo repararemos el daño hecho en otros por culpa de chismes venenosos, sino que tendremos más conocimientos y más energías para afrontar necesidades urgentes de familiares, amigos, y de tantos hombres y mujeres que esperan manos amigas para salir de situaciones graves de miseria y de abandono.
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Despertar tras un gran vacío


¿Cómo reconstruir mi vida?
Autor: Eduardo Armstrong | Fuente: catholic.net
Puedo alterar el sentido de muchas cosas que ocurren a mi alrededor .




La vida es entretenida y rica, es fascinante, a pesar de esos momentos en que ocurre lo que no deseamos, ella está en permanente cambio porque tiene de todo, y eso nos estimula cuando llegan las dificultades… pasarán. Apreciamos lo bueno de ella y sus maravillas, en gran medida, cuando aprendemos a valorar y apreciar sus permanentes aspectos positivos, los que en algunas ocasiones nos cuesta reconocer. Y esto ocurre cuando logramos tener consciencia de lo bueno que tenemos y de los aspectos que no deseamos tener ni tenemos.

Todo está cambiando, todo está pasando; unas situaciones que dependen de uno y otras de las que dependemos. Cuando aprendemos a reconocer el valor y la fuerza de las acciones que dependen de uno mismo y reconocemos su poder para cambiar o afectar nuestro entorno, se inicia el gran descubrimiento: Puedo alterar el sentido de muchas cosas que ocurren a mi alrededor; puedo afectar la vida de quienes me rodean según la forma en que yo viva; puedo ayudar a muchas personas a cambiar lo que ven como una limitación y sufrimiento, por algo con sentido y más valioso. No se trata de que podamos hacer desaparecer la causa del sufrimiento propio o ajeno, sino de que podemos influir en sus vidas y lograr que dejen de preocuparse tanto por lo que padecen y que comiencen a fijarse en esos olvidados aspectos que alientan y dan esperanza, que los hacen sentir nuevamente alguien valioso, y querido…

Si te sientes afectado, triste o deprimido; con o sin razones para ello, la fórmula para levantarte, luchar y vencer, está en aprender a mirar a tu alrededor, a quienes te rodean y con especial atención a sus necesidades para reconocer en qué podrías ayudarles. Tienes que salir de ti mismo, y si es posible, olvidarte de ti mismo; trata de hacer tuyas las necesidades ajenas, tómalas y vivelas como si ellas fueran tu responsabilidad, como si tú tuvieras la clave para ayudar, curar y solucionar… y llévalo a la práctica.

Suena a una locura o a una contradicción, ya que cuando no somos capaces de solucionar nuestros propios problemas debemos intentar solucionar los ajenos. A pesar de lo que nuestra mente nos diga, en este momento descubrirás un gran milagro en tu vida: En contra de lo que hemos aprendido y contra toda lógica humana, lo pequeño y lo cotidiano o lo insignificante de nuestras acciones por otra persona se pueden convertir en gigantes y con un efecto que puede llegar a transformarlo todo. Verás que muchas de esas grandes preocupaciones que nos atormentan comienzan a perder importancia frente a otras que sí tienen sentido, ya que tu verdadera vida está formada de millones de detalles diarios y cotidianos, a los que por ser tan pequeños no siempre les asignamos la gran importancia que tienen. Ellos, los pequeños gestos y acciones que hacemos en un momento de nuestra vida para mejorar o ayudar en algo pequeño un aspecto en la vida de quienes te rodean, son los más importantes para ellos y para tí mismo. Y su efecto acumulativo con el correr del tiempo (gracias a la constancia), las transforma muchas veces en grandes acciones, tan grandes que sólo es posible apreciarlas cuando en tu vida miras hacia atrás. Por eso, no te preocupes ahora de ellas ni de su tamaño, sino de mirar a tu alrededor; para reconocer a tiempo dónde, cuándo y cómo puedes ayudar a cada persona de esas con las que estás en contacto cotidiano (todas ellas son importantes para ti).

Para reconstruir una vida pueden existir varios caminos, pero uno es seguro y es el que acabo de contarte. Es seguro pero no fácil, a Jesús lo crucificaron por explicarnos y decirnos tan extremadamente claro “niégate a tí mismo y sígueme”. Seguirlo significa hacer la voluntad de su Padre, su voluntad es que seamos felices y el “cómo ser más felices” se logra encontrándolo a Él, pero ¿dónde? En el prójimo… Esto significa, en tú prójimo. ¿Porqué? Porque la felicidad verdadera sólo la encuentras por el camino del amor, y al amor verdadero se le encuentra compartiéndo; compartiendo felicidad, esto es dando amor.

¿Muy religioso? Hoy la psiquiatría moderna está llegando después de muchas vueltas a la misma conclusión, porque es natural. Pertenecemos a una naturaleza humana que nos es común a todos. A veces en la vida nos sentimos como perdidos, y quisiéramos saber quienes somos y cómo somos de verdad, si somos queridos y apreciados y cuánto,… todo esto lo puedes encontrar en quienes te rodean, porque también en ellos puedes apreciar el reflejo de ti mismo y el de tu verdadera personalidad. Pero no preguntando sino actuando; dirigiendo tu vida y acciones hacia los demás, hacia quienes te rodean y son importantes para ti porque puedes participar en sus vidas. Participar en una vida es compartir, y nuestro máximo deseo es compartir felicidad. La felicidad no llega cuando la esperas pacientemente o resignado, la felicidad llega cuando sales a buscarla, cuando sales a su encuentro. Salir a su encuentro es salirse de uno mismo para dirigirse hacia el otro buscando su felicidad antes que la propia. Esto se llama darse, eso es amor de verdad.

Si te pones a pensar en lo que has perdido, en lo que no tienes hoy, en tus sufrimientos y necesidades, el resultado será seguro: te ahogarás acosado por tus propios pensamientos sin sentido; quizás sean sentimientos reales, pero sin sentido. El sentido que le des a las cosas te motiva y estimula, te hace esforzarte y en ello te hace crecer y mejorar como persona; tú necesitas alegrías, satisfacciones que te hagan sentirte mejor, bien y feliz. Aunque eso ocurra por momentos, si esas acciones de momentos tienen un sentido valioso para ti, ellas se acumulan. Por eso, un momento puede parecer poco, pero es suficiente; porque la vida está hecha de una suma de momentos, y todos necesitamos momentos de alegría en nuestras vidas y podemos crearlos. La felicidad es la máxima alegría, una forma de explicarla es considerarla la alegría de sentirse realizado, y por eso no es gratis, cobra su precio (como todo). Pero comparado con sus duraderos beneficios su precio es insignificante; no lo dudes, págalo, porque peocuparse por lo que le ocurre a los demás antes que por lo que le ocurre a uno, y luego llevarlo a la práctica ejecutando acciones concretas sin esperar reconocimiento ni agradecimientos, como si sintieras que lo haces únicamente por hacer felíz a otro, cuesta y te costará.

En esas acciones estarás construyendo tu presente y tu futuro, estarás cambiando al mundo que te rodea y mejorándolo, estarás viendo los resultados: comprenderás mejor a quienes te rodean, por lo tanto podrás comunicarte mejor; te sentirás útil a los demás, con lo que te valorarás más; se te abrirán muchas puertas -que hoy ves cerradas- hacia un mundo lleno de oportunidades por delante para desarrollar una vida entretenida, real y con un sentido claro y verdaderamente importante.
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Solo un gran amor, vence la depresión


La depresión y el amor, una alternativa a la enfermedad de nuestro tiempo
Autor: Nieves San Martín | Fuente: ZENIT

La depresión en nuestra sociedad lleva camino de convertirse en la segunda causa de invalidez en el mundo



Según la obra del doctor Laprovitta, con prólogo del cardenal Bergoglio

La depresión en nuestra sociedad lleva camino de convertirse en la segunda causa de invalidez en el mundo. Sobre este acuciante problema de la sociedad contemporánea, el autor del libro "La depresión y el amor", doctor Juan José R. Laprovitta, en su segunda edición, hace una propuesta de esperanza.

En la presentación del libro, se afirma que "la misma sociedad parece no querer reaccionar y acepta sin y con resignación, una salida farmacológica con secuelas iatrogénicas (reacciones adversas), porque otras alternativas son muy poco conocidas, y a veces, hasta negadas o desprestigiadas por intereses poderosos".

Esta segunda edición (la primera llevaba por título "Ensayo sobre la depresión y la fe"), editata por "Laetitia", ha sido prologada por el cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, y en la misma se añaden varios capítulos y se explicitan conceptos para lograr una mayor comprensión.

En su prólogo, el cardenal Bergoglio describe el contenido del libro como "amplio y fundamentalmente relacional entre el campo médico, el psicológico y el espiritual".

Se trata de un ensayo --añade--, "en parte analítico pero tendiente a lograr una visión completa al abordar la temática de la depresión, fenómeno cotidiano de nuestra cultura urbana".

El autor, subraya el cardenal "sin deformar la objetividad que ofrece la ciencia (y como médico conoce con bastante soltura) proyecta el hecho depresivo hacia horizontes antropológicos más amplios, incluso el de la fe. Con este dinamismo logra situar la terapia de la depresión en una apertura de esperanza".

La depresión, sigue el autor del prólogo es "de por sí, es desesperanzada y desesperanzadora. Al tratarla abriéndola a la trascendencia, ya sea la trascendencia --inmanente de la relación comunitaria ya sea la trascendencia- trascendente hacia Dios, da lugar a quien la padece pueda descubrir nuevos sentidos a su existencia los cuales la capacitan para andar senderos nuevos de terapia". Y asegura que "el autor sale airoso en este intento".

Recalca que se trata de "una reflexión profundamente humana, para todo hombre y mujer, sea creyente o no" pues "tiene esa dimensión universal de ser válida para la persona".

"No se impone con pretensiones sino posee la mansedumbre de lo propositivo: se trata simplemente de una propuesta elaborada por la ciencia, la experiencia de la vida, del dolor, de la búsqueda de un hombre que tiene fe pero que es conciente que a esa fe se la regalaron para que, a su vez, la regale a otros", concluye, con la convicción de "que este libro hará mucho bien a quienes lo lean".

La tesis del libro es que el amor en sus infinitas expresiones ha sido ofendido, agraviado, negado o lastimado en todo deprimido. Por tanto, la depresión siempre es una prueba o crisis espiritual que deviene de una negación del amor. Esta prueba o crisis produce diversas somatizaciones en el organismo con síntomas, a veces muy severos.

En la depresión, según el autor, no sólo hay que buscar las causas, sino también el fin o finalidad de la enfermedad, y al bucear en este sentido, llega a la conclusión de que es un signo y un misterio, que nos acercará con transparencia a conocer la verdadera resurrección a la Vida.

Juan José R. Laprovitta es médico cirujano egresado de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina. Es sus numerosas actividades y escritos manifestó una identidad cristiana y ocupó cargos de responsabilidad y conducción en movimientos de Iglesia. Fue Profesor de Teología en la Universidad Católica de Santiago del Estero en la década de los 80. Ocupó los siguientes cargos: ministro de Salud de la Provincia de Santiago del Estero en 1988; subsecretario de Gobierno de la Provincia de Santiago del Estero en 1994/95; diputado Provincial en Santiago del Estero en 1995/98.

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Si estas a una firma del divorcio, escucha esto...


Divorcio e hijos
P. Fernando Pascual | Fuente: Catholic.net

Buscar curaciones profundas, restablecer puentes de amor, evitar abogados interesados en rupturas rápidas para acudir a aquellos que, de verdad, abren horizontes de reconciliación y de paz


Divorcio e hijos
Habían pedido a un sacerdote que preparase un artículo con consejos a padres en proceso de divorcio, especialmente para evitar daños y secuelas en los hijos.

El sacerdote, después de pensarlo un poco, se negó. Varios días después quiso expresar por escrito el porqué de su negativa.

“Hace unos días me pidieron un artículo sobre cómo evitar daños en los hijos cuyos padres se están divorciando. Pensé en conciencia que no debería escribirlo, al menos por ahora.

La situación que vivimos es sumamente grave: cada día cientos de familias se destruyen. Pero entonces hemos de aplicar con urgencia la medicina preventiva, sin dejar de promover una correcta medicina curativa, en la que el divorcio nunca sea una etapa inevitable, sino aquello que hay que evitar con una dosis inmensa de cariño.

Lo urgente, por lo tanto, no es aconsejar el mejor camino para un divorcio amistoso y sin daños para los hijos. Lo urgente es promover noviazgos maduros, matrimonios sanos, y curaciones de emergencia para que nunca una pareja que se amaba llegue a la experiencia dramática del divorcio.

Los hijos, especialmente los más pequeños, pero también los grandes, quieren tener papás enamorados. Por eso sufren infinitamente cuando los padres discuten, se pelean, inician el camino de la ruptura. Sufren mucho más cuando llega la hora de los juzgados y de las separaciones.

Los hijos, y los mismos padres, merecen cariño, comprensión, apoyo. No necesitamos construir hospitales en los que se acepte el divorcio como algo inevitable. Lo que necesitamos son hospitales para que el amor sane, para que el perdón restablezca la armonía familiar, para que él, ella o los dos cedan un poco o un mucho. Por su bien, por el bien de los hijos, por el bien de todos.

También habrá que apoyar a los padres que optan por el divorcio como si fuese una salida inevitable. Pero no para que mantengan la ruptura y se repartan a los hijos como si fuesen “despojos de guerra”. Menos aún para que usen a los hijos como armas para acusarle a él o a ella, para fomentar más dolor y más rabia en hogares ya profundamente marcados por heridas profundas.

Lo que hay que hacer en esos casos, nuevamente, es buscar curaciones profundas, restablecer puentes de amor, evitar abogados interesados en rupturas rápidas para acudir a aquellos que, de verdad, abren horizontes de reconciliación y de paz.

Creo que por ahora no escribiré consejos para afrontar divorcios sin traumas. Porque todos los católicos, sacerdotes, religiosos, catequistas, laicos, estamos llamados a fomentar corazones más generosos y menos egoístas, más dispuestos a amar que a defender el territorio de individualismos vacíos de esperanza, más decididos a perdonar que a llevar cuentas precisas de los fallos de la otra parte. Corazones que, por acoger a Dios en la familia, por pensar en lo mucho que sus hijos sueñan en tener unos padres felices y muy unidos, son capaces de superar baches pequeños o grandes de la vida para que la familia llegue a ser, cada día un poco más, dichosa y enamorada”.
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Mi familiar es adicto y enfermo mental a la vez


Cuando la droga toca a tu puerta
Autor: Guadalupe Solis | Fuente: Yo Influyo

“Por probar no te pasa nada”, es una frase que se escucha entre los jóvenes cuando alguien del grupo se niega a consumir algún tipo de droga


Cuando la droga toca a tu puerta
“Por probar no te pasa nada”, es una frase que se escucha entre los jóvenes cuando alguien del grupo se niega a consumir algún tipo de droga (incluye tabaco y alcohol), sin embargo las cifras son alarmantes de acuerdo a la sobre consumo de drogas en la Cd. de México que realizó el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente de la Secretaría de Salud.

El porcentaje de estudiantes del Distrito Federal, consumidores de bebidas alcohólicas, aumentó de 55.4% en 1997 a 61.4% en el 2000, y el de consumidores de tabaco bajó de 55.4% a 50.7% en el mismo periodo de tiempo. Asimismo se incrementó en 3% el uso de drogas ilegales, al pasar del 12% en 1997 al 14.7% en el 2000, revelan los resultados de la Encuesta sobre "La Evolución del Consumo de Drogas en Estudiantes del Distrito Federal", realizada por el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente de la Secretaría de Salud.

Por otro lado, en la encuesta nacional de las adicciones 2002 del Consejo Nacional Contra las Adicciones (CONADIC) muestra que cerca de tres millones (3’522,427) de adolescentes entre 12 y 17 años consumió una copa completa de bebidas con alcohol en el año previo al estudio, los cuales representan al 25.7% de la población en este grupo.

En las ciudades el consumo es mayor que en el campo. En la población urbana 35% de los adolescentes hombres consumen alcohol (1’726,518) contra 25% de las mujeres (1’252,712). Por otro lado, en el campo el consumo es 14.4% menor, 18% (357,775) en los varones y 9.9% (185,422) en las mujeres, con una razón de una mujer por cada 1.8 hombres

Sobre el tabaco las cifras son distintas, aunque el mayor consumo lo tienen los hombres. De acuerdo a esta encuesta, el 10.1% de los adolescentes de zonas urbanas fuma, lo que equivale a casi un millón de individuos, con una mayor proporción de hombres (15.4%) que de mujeres (4.8%). Es decir, se identifican 3 fumadores varones por cada mujer

Más de 200 mil adolescentes entre 12 y 17 años (215,634) han usado drogas. Y de los cuales, sólo el 55.3% continúa usándola en el último año, pero un 37% las ha usado en el mes previo a la encuesta. La proporción por sexo es de 3.5 hombres por cada mujer, proporción muy similar a la observada en la población de 18 años en adelante (3.31 hombres por cada mujer).

Como en el caso de la población adulta, los índices mayores de consumo se encuentran entre los habitantes de poblaciones urbanas 86%. Sin embargo, es notorio que en la población rural el 1.87% de los adolescentes hayan consumido alguna vez en la vida y 1.03% lo haya hecho en el año previo al estudio. Para los adolescentes, la edad promedio de inicio fue cerca de los 14 años.

Sin considerar al tabaco y al alcohol, la primera droga de uso fue la mariguana, seguida de los inhalables y en tercer lugar la cocaína. Por sexo, se observa que entre los adolescentes varones y mujeres la mariguana ocupa el primer lugar de preferencia, en los varones los inhalables ocupan el segundo, seguidos por la cocaína y los estimulantes tipo anfetamínico, en tanto que los alucinógenos ocupan el último lugar de preferencia. En las mujeres el orden de preferencias es un tanto diferente, la mariguana es el primer lugar y el consumo de cocaína, estimulantes tipo anfetamínico y los disolventes, ocupan del segundo al cuarto lugar con porcentajes de consumo muy similares

Hay que hacer algo…

En México, como en la mayoría de los países del mundo, se viven de manera preocupante las consecuencias del consumo de drogas lícitas e ilícitas.

Por tal motivo la sociedad civil organizada, con apoyo del gobierno federal, ha tomado la decisión de crear un órgano plural, conformado por más de 200 organizaciones, que luche de manera conjunta para lograr un México libre de adicciones.

¿Por qué caen en las drogas?

José de Jesús Castellanos, presidente de la Red Social por un México sin adicciones comentó que de acuerdo con estudios realizados por esta organización que las adicciones- y en particular el consumo de drogas- son consecuencia principalmente de la pérdida de valores reflejada, entre otros síntomas sociales:

• la desintegración de la familia,
• la pérdida del sentido de la autoridad,
• la pérdida de religiosidad,
• el uso temprano del tabaco y el alcohol
• poca autoestima
• malas relaciones padres e hijos
• uso de drogas en diversos ambientes socio-económicos, incluso
• incitación al consumo de droga a menores por parte de los propios padres de familia, familiares cercanos y amigos.

Es preocupante el hecho de que los estudios más recientes identifican la edad de inicio en el consumo de drogas entre la pubertad y la adolescencia e incluso la infancia, según algunas investigaciones, lo que representa una fuerte amenaza como un grave problema social para el país. De hecho se muestra una tendencia creciente de la participación de la mujer incluso rebasando la participación masculina.

¿Atención médica?

Una proporción muy baja de los usuarios de drogas ha solicitado ayuda -señaló- Manuel Rivera director del centro de rehabilitación para drogadictos y alcohólicos “Nueva Identidad, A. C.” ya que generalmente por el grado de pérdida de la voluntad, son llevados por sus familiares.

Cabe destacar que muchos de los que ya presentan problemas físicos han acudido principalmente a un grupo de atención médica o con algún médico privado. Asimismo acudir con un sacerdote es una práctica común entre estos grupos que ya presentan problemas con su consumo de drogas. Sin embargo, un porcentaje importante de la población recibe cualquier tipo de ayuda

La droga no es el problema…

La droga no es el problema principal del toxicodependiente. El consumo de droga es sólo una respuesta falaz a la falta de sentido positivo de la vida.

Los motivos personales al origen de la toma de sustancias estupefacientes son muchos pero destacan entre ellos una falta de armonía interior de la persona, se crea en él un estado de animo inmotivado e indiferente que desencadena un equilibrio interior moral y espiritual del cual resulta un carácter inmaduro y débil que empuja la persona a asumir comportamientos inestables frente a las propias responsabilidades.

México en el contexto internacional

Aunque el índice de consumo en México es inferior al observado en otros países, no estamos exentos. Según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), existen en el mundo 185 millones de usuarios de drogas, que representan 4.3% de la población mayor de 15 años; en México la proporción de usuarios de la población de 12 a 65 años es inferior (1.68%), es decir por cada 2.5 usuarios de drogas en el mundo hay uno en México. La droga de más consumo en el mundo y en México es la mariguana, por cada usuario de esta droga en México hay 5.8 en el mundo; en nuestro país el índice de usuarios de anfetaminas es 8 veces inferior, y el de heroína es de la mitad. La tendencia opuesta se observa para la cocaína, por cada usuario de cocaína en el mundo hay 1.75 en México.

El mayor índice de consumo comparado con el promedio mundial puede tener una razón geográfica, el 98% de la producción mundial se efectúa en la región Andina, principalmente Colombia, no es de extrañarse por tanto, que sea la droga que representa la mayor demanda de tratamiento en las Américas.

La familia como factor de protección contra las adicciones

Se considera a la familia como factor de protección contra las adicciones, afirmó José de Jesús Castellanos presidente de la Red Social por un México Libre de Adicciones y enfatizó que “la familia como la institución que representa la unidad y base de la sociedad, es el núcleo que en nuestro país, durante mucho tiempo, constituyó un lugar privilegiado para el desarrollo de los individuos”.

Castellanos dio algunos tips para evitar desde niños las adicciones:

- Resistir la presión grupal
- Tomar decisiones
- Resolver problemas
- Desempeñarse socialmente
- Pedir ayuda

El principal problema es que no se empieza a actuar hasta que nos pasa, comenta Alfredo, quien sufrió dependencia de sustancias tóxicas durante10 años, lo importante es prevenir desde la familia, fomentando el amor, la responsabilidad y el respeto, desde que somos niños.

¿Qué hace el gobierno al respecto?

“La lucha contra las adicciones es un tema de política pública que involucra a los tres niveles de gobierno y a la sociedad en su conjunto, que requiere de innovadoras intervenciones para la reducción de la demanda como del sólido combate a la oferta”, afirmó el secretario de Salud, Julio Frenk Mora.
El presidente de la República, Vicente Fox Quesada, al señaló que por cada hombre o mujer que se drogue, fume o tome, México “pierde un pedazo de sí mismo”, ya que el consumo deja huella de soledad y dolor. Por tal motivo exhortó a la sociedad mexicana a construir puentes que nos permitan abatir el mal.

Para abatir estas estadísticas y evitar que nuestro país tome uno de los primeros lugares en drogadicción, el secretario de salud Julio Frenk Inicio de la X Semana Nacional de Información "Compartiendo Esfuerzos" llevado a cabo al 23 de enero y se instalarán tres mil 600 módulos de información para difundir en hospitales, reclusorios, oficinas públicas, terminales de autobús, aduanas, salas de espera, entre otros. Asimismo, se dará información “cara a cara” a más de un millón 400 mil personas de todo el país.

La recuperación sí es posible…

Alfredo de 46 años, nos comenta lo contento y orgulloso que se siente de su recuperación, a dos años de haber ingresado al centro de rehabilitación “Nueva Identidad” y más que ahora se dedica a compartir su experiencia con las personas que llegan con el mismo problema.

“Al principio yo no sabía porque caí en este vicio destructor hasta que expertos me ayudaron a reconocer que fue por la ruptura con mi esposa y mis hijos. La familia es el sostén de todos los hombres”, afirmó Alfredo.
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70 Formas para adquirir una gran personalidad 2da Parte

2da parte

18. LA MENTE ES UNA FÁBRICA DE PENSAMIENTOS. Pero tiene dos jefes: el señor Triunfo fabrica pensamientos positivos y el señor Derrota, fabrica pensamientos negativos,

19. HOY APARECEN EN EL MUNDO MÁS DE UN MILLÓN DE PROBABILIDADES PARA LA GENTE QUE DESEA TRIUNFAR: SEA USTED UNO DE ELLOS.

20. TRES MEDIOS PARA OBTENER EL PODER DE LA CREACIÓN EN EL TRIUNFO:
1. Siempre piense en el éxito, nunca piense en el fracaso.
2. Recuerde que usted es mejor de lo que cree ser
3. Crea en grande.

21. INVIERTA EN SÍ MISMO. El mejor modo de gastar es ahorrar. Invierta en su educación.

22. CURESE DE LAS EXCUSITIS.

23. HAY MUCHAS EXCUSAS.

24. LA EXCUSITIS DE LA FALTA DE INTELIGENCIA.

25. LA EXCUSITIS DE LA EDAD.

26. EXCUSITIS DE LA SUERTE

27. NO SUEÑE EN ÉXITOS CONSEGUIDOS SIN ESFUERZO. El éxito llega haciendo cosas.

28. DESTRUYA EL MIEDO.

29. LA ACCIÓN CURA EL MIEDO.

30. DEPOSITE PENSAMIENTOS POSITIVOS EN EL BANCO DE SU MEMORIA.

31. CUENTE LAS BENDICIONES QUE HA RECIBIDO DE DIOS: "Cada día escriba tres razones que tiene para ser feliz"

32. NO FABRIQUE UN MUSEO DE HORROR PARA VIVIR EN ÉL.

33. NO DEDIQUE SU CEREBRO A BUSCAR MEDIOS DE HUMILLARSE, de castigarse, de disminuirse ante usted mismo.

34. REDACTE CADA DÍA SU PROPIO COMERCIAL, o sea: ¿Qué hice de bueno? ¿Qué me sucedió de agradable? ¿Qué buenas cualidades tuve hoy?

35. HÁGASE ESTAS PREGUNTAS:
1. En una preocupación: ¿Se preocupará por esto una persona importante? ¿Perdería el ánimo por esto?.
2. Mi lenguaje: ¿Es el de una persona de éxito?.
3. Mis conversaciones: ¿Son las de una persona de importancia?.
4. Cuando pierdo mi sangre fría: ¿Se pondría furiosa una persona importante por esto que a mí me enfada tanto?.
5. Mis bromas: ¿Son las de una persona de importancia?.
6. Mi apariencia: ¿Es la de alguien que se cree importante?

36. LA PERSONA IMPORTANTE NO SE PREGUNTA: "¿PUEDO HACERLO MEJOR?", Porque sabe que sí pueden hacerlo mejor. Lo que se pregunta es: "¿Cómo hacer mejor lo que hago?".

37. LOS LÍDERES GASTAN MUCHO MÁS TIEMPO PIDIENDO CONSEJOS QUEREPARTIENDO CONSEJOS.

38. ELIMINE TRES FRASES DE SU PENSAMIENTO Y DE SU VOCABULARIO. "Imposible". "No dará resultado". "No puede hacerse", y reemplazarlas por: "Puedo hacerlo mejor". "Como hacerlo mejor". "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece".
(RM 8). Y verá que las soluciones van llegando.

39. "ENCOMIENDE A DIOS SUS PROYECTOS Y SE LE CUMPLIRAN BUENOS DESEOS".

40. LEA ESTO POR LO MENOS CINCO VECES: "Una persona que piense que su trabajo es importante, lo hará mejor".

41. EL OBSTÁCULO NUMERO UNO ES. Pensar que los triunfos están muy lejos, más allá de nuestro alcance.

42. HAY TRES CLASES DE GENTES: los mediocres, los que si se esfuerzan, planean y trabajan pero luego creen que el éxito es imposible y los que nunca se rinden.

43. EL NEGATIVO POSEE CEREBRO PARA SER CINCO VECES MÁS DE LO QUE ES.

44. USE EL PODER SUPREMO DE PENSAR. El silencio, la soledad, producen resultados. Use el silencio y la soledad para liberar el poder creativo. Úselos para encontrar soluciones. Dedique todos los días un poco de tiempo sólo para pensarpara hablar con usted mismo.

45. HAY MAGIA EN EL PENSAR EN GRANDE.

46. CUIDADO CON UN PENSAMIENTO VENENO. Se llama: "Chisme".

47. CUANDO LE PROVOQUE DISCUTIR PIENSE EN ESTO. ¿En verdad este asunto es de tanta importancia que valga la pena perder una amistad por discutir?

48. TRATE A TODO MUNDO CON DIGNIDAD.

49. HAY GRAN DIFERENCIA ENTRE EL QUE OBRA SIN TON NI SON, Y EL QUE BUSCA UN FIN DETERMINADO.

50. NO JUZGUE A NADIE ANTES DE HABER ANDADO UN KILÓMETRO CON SUS PROPIOS ZAPATOS.

51. ¿QUIERE NO ABURRIRSE?. NO DEJE NINGÚN DÍA SIN PLAN FIJO DE LO QUEQUIERE HACER.

52. TENGA CUIDADO PARA NO HERIR LOS SENTIMIENTOS DE NADIE.

53. HÁGASE GRANDE PENSANDO EN GRANDE.

54. CREA QUE PUEDE SER HECHO.

55. PONGA TODO SU INTERÉS EN TODO LO QUE HACE.

56. SI NO PUEDE CONTAR BUENAS NOTICIAS, NO CUENTE NOTICIAS.

57. TODO MUNDO DESEA SER IMPORTANTE.

56. SI NO PUEDE CONTAR BUENAS NOTICIAS, NO CUENTE NOTICIAS.

57. TODO MUNDO DESEA SER IMPORTANTE.

58. EN NUEVE DE CADA DIEZ CASOS EL FACTOR "DON DE GENTES" ES IMPORTANTÍSIMO PARA EL ÉXITO.

59. ESPECIALÍCESE EN SER SIMPÁTICO.

60. NO PRETENDA QUE LAS PERSONAS SEAN PERFECTAS.

61. USE LA CONVERSACIÓN GENEROSA.

62. CONSIGA EL HÁBITO DE ACCÓN: empezaré hoy mismo

63. NO PASE LOS PUENTES, DEBE LLEGAR A ELLOS. A los problemas hay que hacerles frente a medida que aparezcan. El secreto del éxito no es no tener problemas. El secreto es encontrar soluciones.

64. LOS QUE AHORA TRIUNFAN HAN SIDO MACHACADOS POR SITUACIONES DE PÉRDIDA.

65. NO QUIERA IR AL TRIUNFO POR LOS ATAJOS.

66. DÍGASE A SÍ MISMO: "HAY UN MEDIO PARA RESOLVER ESTA SITUACIÓN

67. LA FÓRMULA PARA SER DERROTADO ES: N.S.C.E.I. "No soy capaz, es imposible".

68. BÚSQUELE EL LADO BUENO A LA VIDA.

69. EL ASUNTO IMPORTANTE ES: ¿A dónde quiere llegar usted?

70. HAY CINCO MODOS DE SUICIDARSE RESPECTO AL ÉXITO.
1. Autodepreciación:
2. Seguritis: ¿Si ya estoy bien así, para que pretender algo mejor?
3. A los otros no les parece que cambiemos:
4. Me voy a retirar:
5. Dejemos para más tarde:
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70 Formas para adquirir una gran personalidad 1ra Parte


70 FOMRAS PARA ADQUIRIR UNA GRAN PERSONALIDAD

ELIÉCER SÁLESMAN

1RA PARTE


1. CREA QUE USTED PUEDE TENER ÉXITO, Y LO TENDRÁ

2. CREA. LA BIBLIA DICE QUE LA FE PUEDE MOVER MONTAÑAS.

3. QUIENES CREEN QUE PUEDEN MOVER LAS MONTAÑAS, LO HACEN.

4. LA ACTITUD POSITIVA TRABAJA EN FAVOR DEL ÉXITO.

5. SI USTED CREE QUE LE ES IMPOSIBLE SUBIR A LO ALTO: NO ENCONTRARÁ LOS ESCALONES PARA SUBIR. Piense en el éxito y triunfará. Piense en el fracaso fracasará.

6. El cómo HACERLO SIEMPRE LLEGA A LAS PERSONAS QUE CREEN QUE SÍ PUEDEN TRIUNFAR.

7. LA MAYORÍA DE LA GENTE NO TIENE FUERTE CREENCIA DE QUE VA A TRIUNFAR EN LA VIDA. Y por eso no triunfan.

8. LA CREENCIA EN QUE SE CONSIGUIRÁN GRANDES RESULTADOS ES LO QUE HA CONSEGUIDO LOS GRANDES INVENTOS.

9. CREA QUE TENDRÁ ÉXITOS Y LOS TENDRÁ. CREA EN EL FRACASO Y FRACASARÁ.

10. EL NO CREER EN EL ÉXITO ES UN PODER NEGATIVO.

11. LOS QUE HAN TRIUNFADO NO ERAN SUPERINTELIGENTES, Si no súper confiados en sí mismos y en la ayuda de Dios.

12. ES BUENO ADMIRAR A LOS QUE HAN TRIUNFADO PERO NO HAY QUE RENDIRLES CULTO como si fueran personas distintas a nosotros.

13. LOS QUE CREEN QUE VALEN POCO, OBTIENEN POCO. LOS QUE CREEN QUE NO PUEDEN HACER GRANDES COSAS, NO LAS HACEN. La creencia en el éxito es el termómetro que marca los triunfos que vamos a conseguir.

14. LOS QUE CREEN QUE PUDEN HACER GRANDES COSAS, LAS HACEN.

15. UNA PERSONA ES EL PRODUCTO DE SUS PROPIOS PENSAMIENTOS. Suba el termómetro de sus esperanzas, y triunfos.

16. HAY QUE HACER QUE LA MENTE TRABAJE A FAVOR NUESTRO Y NO EN CONTRA NUESTRA.

17. CREA EN USTED Y EN EL PODER DE DIOS: Y LAS COSAS BUENAS IRÁN SUCEDIENDO Leer más...